Exigen remover del Parque de la Memoria a otros terroristas
Son siete miembros del ERP que asesinaron a los militares Humberto Viola y Miguel Keller en un ataque perpetrado en 1975. Se trata de Mario Santucho, Benito Urteaga, Román Rivero, Mirtha Quiroga, Mario Camuyrano, Darío Krasnaysky y Rodolfo Bledel.
El caso de los montoneros que atacaron el cuartel militar de Formosa en 1975 y a los que se hizo pasar por víctimas de la represión ilegal del Estado, hasta el punto de ser homenajeados en el Parque de la Memoria y ser objeto de indemnizaciones, reactivó un reclamo formal presentado hace dos meses al jefe de gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, para que sean retiradas otras placas de ese monumento.
Integrantes de la promoción 93 de Colegio Militar de la Nación, a la que pertenecían los mayores post mortem
En la lista figuran el líder máximo del ERP,
El reclamo original fue ingresado el pasado 20 de mayo por mesa de entradas y el expediente fue caratulado como
Viola fue asesinado al llegar en su automóvil junto a su familia a la casa de sus padres el 1º de diciembre de 1974, en un ataque perpetrado por el ERP en Tucumán en el que también falleció una de sus hijas, María Cristina, de 3 años, mientras que la otra, María Fernanda, de 5, resultó gravemente herida, ambas con disparos en la cabeza. Viola, herido, fue perseguido a los tiros hasta caer, donde fue rematado. Todo eso ante los gritos de horror de su esposa, Maby, embarazada de cinco meses.
Keller fue ejecutado también por el ERP el 18 de agosto de 1975 en una emboscada efectuada en el momento en que ingresaba con una camioneta del Ejército en el Tiro Federal, acompañado por un suboficial y cinco soldados. Al acercarse un hombre con uniforme de teniente coronel, Keller bajó del vehículo para saludarlo y fue ametrallado por otras personas desde dos automóviles. El objetivo fue hacerse de armamento.
Según el escrito presentado a Larreta,
El texto recuerda que el Ejército Revolucionario del Pueblo fue calificado como organización ilegal el 23 de septiembre de 1973 por el decreto 1454/73. De todo esto surge que "
El monumento en cuestión "es visitado continuamente por escolares y público en general, no resultando edificante que se exhiban los nombres de personas vinculadas a los asesinatos mencionados", prosigue.
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