Otra vez la Justicia contra la justicia. El caso puede resumirse diciendo que el turista estadounidense Joseph Wolek paseaba por La Boca cuando fue atacado por dos delincuentes. Uno de ellos le propinó 10 puñaladas en el pecho. El policía de Avellaneda, Luis Chocobar, caminaba de civil, con su uniforme en la mochila y ve la situación. Pide una ambulancia y asiste al hombre que agoniza en un charco de sangre, este gesto le salva la vida al turista. A la vez el policía da la voz de alto a los delincuentes que huyen amenazándolo.
Luis se identifica como agente y dispara varias veces al aire como dice el protocolo y luego tira de la cintura para abajo e hiere a uno de los delincuentes que más tarde muere en el hospital.
Chocobar podría haber seguido de largo porque no estaba identificado como policía y se hubiera evitado el problema aunque Wolek hubiera muerto. Increíblemente este héroe está procesado por exceso de legítima defensa y acaba de ser embargado por 400.000 pesos. Dice el juez que para cubrir los costos del proceso.
La fiscal Susana Calleja, dicen que pertenecería a Justicia Legítima y el magistrado Enrique Gustavo Velázquez , que ya tiene antecedentes de este tipo, decidieron responsabilizar a Chocobar.
El policía no puede volver a su casa porque las familias de los ladrones merodean la zona amenazante y teme por los suyos; tiene sus bienes embargados por una suma equivalente a 21 de sus salarios de 19.000 pesos y por ahora no fue suspendido, es más está siendo respaldado por la fuerza, el ministro Ritondo que pidió que triunfe la justicia como si fuera una contienda y el propio Macri que se interesó por el tema. ¿Cómo es posible que sigamos instalados en esta lógica perversa? Admito que el daño que Zaffaroni le hizo a nuestra justicia es mucho, pero esta ideología maquiavélica de que el delincuente es la víctima y que todo el que tenga uniforme (aunque sea en la mochila) es cuanto menos sospechoso, es indignante. Si un policía ayuda a una anciana a cruzar la calle, para estos agentes de la justicia, es culpable por haberle apretado mucho el brazo, así es como piensan y como le hacen la vida imposible a muchos inocentes. Un juez y una fiscal contra un policía que cumplió con su deber. Moraleja, si este cuadro se repite ya sabemos que ante el riesgo de ser procesados y embargados, los policías no volverán a asistir a víctimas como Wolek. Chocobar dice "Siento un vacío en el pecho" y yo también lo siento y seguramente lo debe sentir el turista salvado, los testigos que ayudaron al policía a socorrerlo hasta que llegó el auxilio médico y mucha gente que tiene sentido común. Este tema no tiene solución porque algunos miembros de la justicia no cambiarán su posición porque están adoctrinados y no entienden razones. Chocobar es un caso claro de que la inseguridad es una plaga alimentada por estos fallos que avalan el accionar delictivo y obligan a los agentes de seguridad a ejercer el "no te metás" porque pueden pasar de ser héroes a sospechosos de homicidio en solo dos días. Estoy cansado de escribir sobre estos casos pero no puedo callarme ante tanta injusticia, y nunca mejor dicho.
V. CORDERO