"Me atrapó la escuela austríaca"

NUESTROS ECONOMISTAS, EN LA INTIMIDAD. Iván Carrino estudió Administración, pero luego realizó dos maestrías en lo que es su pasión, la economía. Es un prolífico lector de libros y blogs. Rescata a López Murphy en su paso por el Palacio de Hacienda.

1 - ¿Qué libros de economía está leyendo ahora? ¿Suele leer varios libros a la vez?

-En este momento estoy leyendo Nudge, del reciente Premio Nobel, Richard Thaler; Contra el Sistema Antimonopolio, de Dominick Armentano; uno de Stiglitz sobre la globalización y también el clásico de Adam Smith, Una Investigación sobre la Naturaleza y Causas de la Riqueza de las Naciones, que voy leyendo por partes, buscando qué opinaba el gran pensador escocés acerca de los monopolios.

2 - ¿Qué autor nuevo o clásico descubrió últimamente? ¿Por qué motivos lo atrapó?

-Hace mucho que me atraparon los economistas de la escuela austríaca. Cuando estaba en el colegio mi papá me dio para leer a Friedrich A. Hayek, y de ahí pasé a Mises, Menger y muchos autores actuales que, arraigados en esta corriente de pensamiento, analizan temas de coyuntura. Lo que más me atrapa de ellos es su bien fundamentada defensa de la economía de mercado y su tendencia a desviarse por completo de lo que es "políticamente correcto".

3 - ¿Podría mencionar un economista de cualquier época que considere injustamente olvidado?

-A juzgar por su vida y obra, parecería que uno de los economistas injustamente dejados de lado fue Ludwig von Mises. Mises no sólo fue el creador de una teoría del ciclo económico original y aún vigente, sino que realizó la crítica más insuperable contra la planificación centralizada de la economía en su texto El Cálculo Económico en la Comunidad Socialista.

4 - ¿Algún economista contemporáneo o clásico que le parezca sobreestimado, o que no haya estado a la altura de sus expectativas?

-Creo que Karl Marx es quien más sobreestimado está. Su teoría del valor trabajo y la explotación fue refutada por Carl Menger y Eugen Böhm-Bawerk entre los años 1870 y 1900. Además, su propuesta de política pública se materializó en la Revolución Rusa, que este año cumple un centenario de horror. La economía comunista fue una catástrofe en términos del servicio a los consumidores.

5 - ¿Hay alguna página web o blog sobre economía que frecuente?

-El Cronista Comercial y suplementos de Economía de diarios. Un sitio que suelo consultar es la Foundation for Economic Education (FEE), así como el Mises Institute. De Estados Unidos también estoy suscripto al blog de Tyler Cowen (Marginal Revolution) y al de John Cochrane (The Grumpy Economist). Otra cosa que me encanta son los Podcast de Russel Roberts, llamados EconTalk. Se aprende mucho escuchando estas charlas. Del medio hispano estoy suscripto al Blog Salmón, sigo mucho el blog Punto de Vista Económico, leo artículos de ElCato.org, y también cuando puedo miro un video en YouTube de alguna conferencia, ya sea del Instituo Juan de Mariana de España o de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala, o bien alguna Charla Ted.

6 - Fuera de la economía, ¿qué le gusta leer para relajarse? ¿Lee ficción o sólo ensayos?

-Los últimos dos libros de un tema no económico que leí fueron los del escritor chileno Roberto Ampuero: Nuestros Años Verde Olivo y Detrás del Muro, una saga donde él cuenta en primera persona sus años de exilio de Chile en la Cuba de Fidel Castro y en la Alemania comunista. Así que, en general, cuando leo cosas que no son de economía, me atraen las historias que tienen un trasfondo donde se vea qué pasa con la economía y la política. Hace unos meses encontré en una librería de la avenida Corrientes un Atlas Ilustrado del Comunismo, de una calidad de impresión destacable a un precio muy bajo. Lo tengo en la mesa de luz y lo hojeo cada tanto. La historia del horror socialista es algo que me llama la atención.

7 - ¿Recuerda uno o más libros consagrados que se le resistieran y no haya podido terminar de leer?

-Mi cuenta pendiente es con La Rebelión de Atlas, de Ayn Rand. De la autora rusonorteamericana leí La Virtud del Egoísmo, Capitalismo, Los que Vivimos e Himno. Nunca me animé a las más de 1.000 páginas que tiene su obra consagrada y una de las más influyentes en Estados Unidos después de nada menos que ¡la Biblia!

8 - ¿Qué otro economista de cualquier época le hubiera gustado ser, ya sea por su obra o por su vida? ¿Lee biografías de economistas?

-Salvo algunas reseñas de Juan Carlos de Pablo o lo que comentan los historiadores del pensamiento económico como Rothbard o Ekelund, no he leído textos que exclusivamente destaquen los aspectos biográficos de la vida de los economistas. Y aquí debería aclarar que si bien admiro a pensadores notables como Ludwig von Mises, Friedrich A. Hayek o Milton Friedman, no elegiría ser ellos. Implicaría un costo de transacción demasiado elevado, porque me haría cambiar a mis amigos, mi familia, mi mujer Pía, mis perros.

9 - ¿Admira a alguno de sus colegas? ¿Con quién le gustaría compartir el gabinete en el Ministerio de Economía?

-Hoy por hoy no sería parte de ningún gabinete. No me gusta la política partidaria ni me sentiría cómodo en la función pública. Sin embargo, confieso que me sentiría tranquilo si la silla del Ministerio de Hacienda la ocupara Ricardo López Muprhy. El hecho de que haya durado allí 15 días no es un demérito, como dicen muchos, sino que habla de que fue uno de los pocos que se animó a enfrentarse a las corporaciones enquistadas en el poder. En cuanto a la primera pregunta, la lista es larguísima. Yo comencé a entender de economía argentina leyendo las columnas de Roberto Cachanosky en La Nación, así que a él le debo mucho de mi interés por esta ciencia. Después, del ámbito local siempre leí a Alberto Benegas Lynch (h), José Luis Espert, Aldo Abram, Martín Krause, Nicolás Cachanosky, Adrián Ravier y Gabriel Zanotti. En la actualidad, sigo a Javier Milei, Diego Giacomini, Fausto Spotorno, Ramiro Castiñera, Guillermo Nielsen, Agustín Etchebarne, Miguel Boggiano, Martín Tetaz y Federico Sturzenegger. En el ámbito internacional a Robert Murphy, Jeffrey Tucker, George Selgin, Steven Horwitz y Juan Ramón Rallo.

10 - ¿Podría recomendar alguna película de economía?

-La primera que me viene a la mente es Los Falsificadores, en donde se narra la historia de un plan de los nazis para destruir la moneda del Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial. La idea era fabricar libras esterlinas falsas e introducirlas en el mercado británico para generar inflación. La conclusión económica es doble: que la inflación es un fenómeno monetario y que es destructiva para la economía. Otra que me pareció buena es Margin Call, donde se muestra la caída de un fondo de inversión durante la crisis subprime en Estados Unidos desde una perspectiva que no es la políticamente correcta de siempre. Por último, recomiendo para entender la última gran crisis Overdose: The Next Financial Crisis, que está disponible en YouTube.

11 - ¿Qué mira en Netflix o en el cable? ¿Le gustan las series? ¿Podría recomendar alguna?

-Soy un recién llegado al mundo de las series. Por muchos años la últimas series que había visto eran Friends y (no me enorgullece confesarlo) The OC. No vi Lost, The Walking Dead ni Prision Break. Sin embargo, ahora con mi mujer vimos 13 Reasons Why, que nos pareció muy buena, y también El Marginal, que es excelente. Una que empecé a ver también es El Comandante, el documental sobre la vida de Hugo Chávez.

12 - ¿Cuándo supo que quería ser economista? ¿Qué autor le marcó su vocación?

-La realidad es que llegué a la economía desde la Administración. Siempre quise dedicarme a las ciencias económicas, porque en el colegio (fui al ILSE a fines de los "90) debatíamos sobre la realidad económica a menudo y siempre que llegaba a casa mi papá me ofrecía "la otra campana" de lo que yo solía escuchar. Es así que me dio para leer Camino de Servidumbre, de Hayek, cuando yo tenía 15 años. Desde ese entonces me apasioné por la economía, pero en el momento de elegir mi carrera de grado me incliné por Administración pensando que sería más fácil obtener una salida laboral. Durante la carrera, además de los textos obligatorios, leía artículos y libros de economía. Una vez que me gradué y comencé a trabajar en el mercado financiero, llegó un punto en que decidí perseguir eso que tanto me gustaba. Así fue que me anoté en la Maestría en Economía de la Escuela Austríaca de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Al volver empecé a trabajar como economista en la Fundación Libertad y Progreso y de ahí en adelante es que me dedico full time a esto.

13 - ¿A cuál de sus profesores recuerda con especial cariño?

-De mi colegio secundario no puedo dejar de recordar a mis profesores de historia Enrique García, Fernando García Molina y María José Ocampo. Más acá en el tiempo tengo que destacar al gigante Jesús Huerta de Soto, profesor y director de la Maestría en Economía que cursé en Madrid. De regreso a Buenos Aires cursé la Maestría en Economía en la Universidad del CEMA, donde me di el lujo de tener como profesores a Carlos Rodríguez y Jorge Avila.

14 - ¿Cuál cree que es el economista más influyente hoy en día a nivel local o internacional? ¿Tiene usted algún "héroe" en este oficio?

-Creo que la influencia de John Maynard Keynes es insoslayable. A partir de sus escritos y la famosa "revolución keynesiana", el mundo a grandes rasgos perdió la confianza en la economía de mercado y le dio al gobierno el poder para intervenir de manera que "suavice los ciclos económicos". Sin embargo, ese intervencionismo fue creciendo cada vez más y hoy los números de gasto público, impuestos y regulaciones están en niveles asfixiantes. Es cierto que Milton Friedman hizo su enorme contribución para corregir este problema, pero con las crisis la figura de Keynes vuelve a resurgir. Todavía no queda clara la lección austríaca: la crisis es producto del intervencionismo, no del liberalismo. No sé si tengo un héroe, pero podríamos construirlo. Combinaría la pluma de Ludwig von Mises, la epistemología de F.A. Hayek, la capacidad matemática de Milton Friedman, la pasión de Javier Milei, la simpatía de Huerta de Soto y la contundencia de José Luis Espert.

15 - Si no fuera economista, ¿de qué le gustaría trabajar?

-Siento que, al menos hasta ahora, tuve la suerte de trabajar de lo que me gusta. Pensando libremente me gustaría trabajar probando autos de lujo, o bien administrando un hotel en el Caribe, así aprovecho para ir a la playa.

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