Francisco y Trump resaltaron "la necesidad de paz" en el encuentro que mantuvieron en el Vaticano
"No me olvidaré de lo que me dijo", lo despidió Trump cuando ya se habían reunido 27 minutos a solas en la Biblioteca del palacio Apostólico.
Ciudad del Vaticano - El papa Francisco recibió hoy en el Vaticano al presidente de Estados Unidos Donald Trump, en un encuentro a solas de 27 minutos, el primero entre ambos jefes de Estado, en el que resaltaron la "necesidad de paz", hicieron hincapié en la importancia del "diálogo interreligioso" y tras el cual el estadounidense se comprometió "a leer" la encíclica papal "Laudato Si" sobre medio ambiente.
"No me olvidaré de lo que me dijo", lo despidió Trump cuando ya se habían reunido 27 minutos a solas en la Biblioteca del palacio Apostólico.
La Santa Sede aseguró que en el encuentro se "intercambiaron puntos de vista sobre algunos temas de la actualidad internacional y de la promoción de la paz en el mundo a través de la negociación política y el diálogo interreligioso, con particular referencia a la situación en Medio Oriente y a la tutela de las comunidades cristianas".
"Es un honor de una vida encontrar a Su Santidad Papa Francisco. Dejo el Vaticano más determinado que nunca para buscar la paz en el mundo", aseguró el mandatario luego en redes sociales, confirmando la recepción que hizo de una reunión en la que Francisco, en privado y a través del clásico intercambio de regalos, buscó hacer énfasis en la necesidad de paz.
En esa dirección fueron los tres regalos que el Pontífice le dio a Trump: el tradicional medallón del olivo que simboliza la paz; el mensaje que escribió para las jornadas mundiales de la paz de enero pasado "firmado personalmente", según explicó Francisco; y sus tres libros: las exhortaciones apostólicas Amoris Laetitia y Evangelii Gaudium, y la encíclica Laudato Si, en medio de las críticas al mandatario por sus políticas poco favorables al cuidado de lo que el Pontífice denomina "la casa común".
"Uno es sobre la familia, otro sobre la alegría del Evangelio y el tercero sobre el cuidado del medio ambiente", los describió Francisco. "Voy a leerlo", le dijo Trump.
"Con mis mejores deseos para que usted pueda ser un árbol de olivo para hacer la paz", le dijo el obispo de Roma al explicarle el medallón, en el que el olivo crece en medio de dos pedazos separados de piedra. "Tenemos necesidad de paz" (We can use peace), le respondió el mandatario.
Trump le regaló en tanto una colección de libros de Martin Luther King. "Pienso que le gustarán. Espero que sí", le dijo. también le obsequió una escultura, titulada "Rising Above", que según explicó un comuicado de la casa blanca representa "la esperanza para un mañana de paz".
"Nice to meet you", lo había recibido serio y puntual el Pontífice en la Sala del Tronetto, antesala de la Biblioteca donde se reunieron y en la que el Pontífice, antes de iniciar la reunión a solas a las 8:33 locales (3:33 de Argentina), se excusó por su inglés mientras los fotógrafos sacaban las primeras fotos de los dos jefes de Estado frente a frente. El único intérprete de la reunión fue el oficial de la secretaría de Estado vaticana, Mark Milles.
Tras la reunión, el Vaticano confirmó además las "buenas relaciones bilaterales" y destacó el "esfuerzo común a favor de la vida y de la libertad religiosa y de conciencia".
Además, durante las audiencias de Trump con el Pontífice y los jerarcas vaticanos desearon "una colaboración serena entre el Estado y la Iglesia Católica en los Estados Unidos, comprometida en el servicio a la población en los campos de la salud, la educación y la asistencia a los inmigrantes".
El mandatario estadounidense estuvo acompañado por la primera dama Melania, su hija Ivanka junto a su esposo Jared Kushner; el asesor de seguridad nacional Herbert Raymond McMaster; y el secretario de Estado Rex W. Tillerson.
Ajustada al protocolo, la primera dama lució vestido negro y un velo de raso sobre su cabeza; luego de la reunión el Papa le preguntó: "¿Qué le das de comer, potizza?", preguntó el Papa en referencia al dulce típico esoloveno.
"Sí", respondió ella sonriente y sorprendida por la pregunta, antes de pedirle al Pontífice que le bendijera un rosario. Trump nunca se abotonó el saco con el que había llegado al Vaticano.
Tras el encuentro con el Pontífice, el mandatario se reunió 50 minutos con el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal italiano Pietro Parolin y con el "canciller" de la Santa Sede, el secretario para las relaciones con los Estados monseñor Paul Richard Gallagher, en un encuentro del que participó Kushner, mientras Melania recorría la Sala Regia del Palacio Apostólico.
Luego de la reunión con los referentes de la diplomacia vaticana, la familia Trump visitó la Capilla Sixtina y la Basílica de San Pedro.
Melania Trump, no bautizada pero nacida en un país de mayoría católica como Eslovenia, visitó luego el hospital pediátrico del Vaticano, el Bambino Gesù (Niño Jesús), donde pasó por el área de Terapia Intensiva Cardioquirúrgica y luego encontró a 15 chicos de diversas nacionalidades.
Ivanka, convertida al judaísmo, se dirigió en tanto a la comunidad San Egidio, el grupo católico ubicado en el Trastevere romano que ayuda al Papa en la acogida de refugiados.
"Me hablarán de sus batallas, de su lucha y de cómo han superado estos desafíos y han reconstruido sus vidas", aseguró la hija presidencial tras reunirse con cinco mujeres víctimas de trafico de personas y de explotación, "rescatadas" por el movimiento.
Tras el encuentro con Francisco, Trump se reunió con su par italiano Sergio Mattarella y con el Primer Ministro del país europeo Paolo Gentiloni, en un encuentro que sirvió de previa a la cumbre del G7 de este fin de semana que tendrá a la lucha contra el "terrorismo" como uno de los ejes.
"Con Donald Trump coloquio en preparación de la cumbre de Taormina. Del G7 esfuerzo común contra el terrorismo", aseveró Gentiloni en twitter tras la bilateral, la segunda entre ambos en poco más de un mes tras la visita que hizo el italiano a Washington a mediados de abril.