Crítica: Situaciones conmovedoras sin golpes bajos en "Memento Mori"
Como una feroz comedia negra
Se trata de un hermoso ejercicio de nostalgia por esas novelas policiales inolvidables, pero también se percibe como un manifiesto contra el maltrato a las personas de la Tercera Edad. Temas como la falsedad, el odio o el chantaje la transforman, por fin, en una feroz comedia negra.
"Memento Mori", de Muriel Spark. Adaptación y dirección: Luz Orlando Brennan. Escenografía: Ariel Vaccaro. Vestuario: Mariana Seropian. Iluminación: Braian Brown. Música: Santiago Villalba. Actúan: Nelly Prince, Pablo Rinaldi, Emma Luisa Rivera, Ricardo Coniglio, Amanda Busnelli, Yuyo Morilla, María Elena Mobi y otros. El camarín de las musas (Mario Bravo 960).
El tangazo "Como dos extraños" suena cantado por la talentosa Nelly Prince. Termina la última estrofa y la gente aplaude con fervor. La escena pertenece a la obra "Memento Mori", una adaptación de la novela del mismo nombre, escrita por la escocesa Muriel Spark a fines de los años cincuenta.
Luz Orlando Brennan, quien traspasó el texto al teatro y también lo dirige, se nutre de los tintes policiales del texto original y los cruza inteligentemente con un asilo de ancianos bien porteño, donde conviven personajes desopilantes y siniestros. Pero también adorables.
SENSIBILIDAD Y SIMPATIA
Con un gran despliegue de imágenes poéticas -se destacan las generadas por un trío de señoras en sillas de ruedas-, la obra nos advierte ya desde su título -"Memento mori" o "recuerde que debe morir", en latín-, que la vida se acaba.
La reveladora frase aparece en forma de llamadas telefónicas anónimas que, a su vez, funcionan como disparador para entrelazar a estos personajes, la mayoría septuagenarios.
Salpicada de situaciones conmovedoras, pero sin golpes bajos, la pieza permite que sus actores desplieguen toda su sensibilidad y simpatía.
ONCE ACTORES
Luz Orlando Brennan supo congeniar los distintos tipos de actuación de nada menos que once intérpretes; un verdadero tour de force, teniendo en cuenta que se trata de su primera incursión como directora. Cuenta además con la ventaja de una hábil escenografía y de un vestuario y musicalización bien precisos.
"Memento mori" puede ser disfrutado de muchas maneras diferentes.
Se trata de un hermoso ejercicio de nostalgia por esas novelas policiales inolvidables, pero también se percibe como un manifiesto contra el maltrato a las personas de la Tercera Edad. Temas como la falsedad, el odio o el chantaje la transforman, por fin, en una feroz comedia negra.
Se sabe que debemos morir, pero la obra indaga en todo lo que hacemos antes de que esa "fatalidad" ocurra. Y en cierta forma, esos actores desde el escenario también nos recuerdan que debemos vivir, aunque cueste.
Calificación: Muy Buena.