Lázaro Báez remarcó: "No sé por qué estoy preso"

"Mientras Cristina se está limando las uñas, yo estoy preso"

El empresario no aportó nuevas pruebas ni documentación alguna y sólo reiteró sus críticas por el direccionamiento de la investigación y lamentó que se involucrase "injustamente" a su familia.

"Mientras Cristina se está limando las uñas, yo estoy preso", así de contudente fue la declaración del empresario Lázaro Báez en la audiencia que tuvo con los jueces de la Sala II de la Cámara Federal porteña que lo habían citado para que ratificara o rectificara la carta que había presentado en la que contó que vio al juez federal Sebastián Casanello dentro de la Quinta de Olivos.

"No sé por qué estoy preso", manifestó en varias oportunidades. 

De cara a los camaristas Martín Irurzun y Eduardo Farah, Báez afirmó que vio al juez Sebastián Casanello un miércoles o jueves de la segunda quincena de septiembre de 2015 en una antesala de la sala adonde la entonces presidenta mantenía sus reuniones.

Según reconstruyeron fuentes judiciales que estuvieron en la audiencia personal, Báez -quien se encuentra procesado y bajo prisión preventiva en el marco de la causa por presunto lavado de dinero que instruye el juez Casanello- dijo que ese día todos tomaban café y conversaban, y que el magistrado estaba junto a De Pedro y otras personas a las que no conocía.

Así, ratificó el contenido de una nota manuscrita entregada a la Sala II de la Cámara Federal en el marco de la recusación contra Casanello planteada por su hijo Leandro Báez.

Según su relato, el dueño de "Austral Construcciones" fue a ver a Cristina junto al ex secretario privado del fallecido ex presidente Néstor Kirchner, Daniel Álvarez, para hablar del mausoleo en su memoria construido en Río Gallegos.

Baéz, refirió, le planteó a la entonces Presidenta su deseo de que el Gobierno se hiciese cargo de la seguridad del lugar y ella le respondió que lo haría después de las elecciones presidenciales.

Esa audiencia privada -según el relato del ahora detenido empresario santacruceño- duró 15 minutos y, cuando salió, Casanello seguía allí con De Pedro. 

Sin embargo, Báez no aportó nuevas pruebas ni documentación alguna y sólo reiteró sus críticas por el direccionamiento de la investigación y lamentó que se involucrase "injustamente" a su familia.

La audiencia fue grabada y estuvieron presentes los dos abogados de Báez, Daniel Rubinovich y Rafael Sal Lari, y los de su hijo Leandro Báez, Santiago Viola y Claudia Balbín.

Báez se sentó frente a los camaristas, mesa de por medio, tras ser trasladado tapado con escudos, con chaleco antibalas y casco desde la alcaidía de Comodoro Py 2002, adonde había arribado con fuerte custodia desde la cárcel de Ezeiza poco antes de las 8.

En la sala de audiencias estuvo sin esposas, chaleco ni casco, consignaron las fuentes.

A diferencia de la audiencia del 6 de junio pasado, en la que Báez hizo un monólogo, esta vez todos preguntaron.

Irurzun le ofreció custodia para su familia, algo que Báez rechazó, y el fiscal ante la Cámara Diego Velasco quiso saber si los autos estacionados en la entrada de la quinta ese día tenían choferes o esperaban custodios.

El camarista Farah preguntó detalles del episodio y, sin éxito, intentó que Báez agregase datos relativos a la causa.

Por su parte, los abogados de Leandro Báez dejaron en manos de la Cámara la decisión de ordenar nueva prueba como por ejemplo llamar como testigo a De Pedro o identificar al cafetero de Olivos y pedir el libro de registro de visitas.