El padre, figura clave para la salud de los hijos

Un informe de la Academia Americana de Pediatría recopila creciente evidencia que confirma que cuando los papás se involucran en la crianza de sus hijos se logran grandes ventajas para el bienestar de los niños, muchas veces únicas y complementarias al rol de la madre.

Los padres son más importantes para la salud y el bienestar de su hijo de lo que muchos imaginan. Después de evaluar más de una década de investigación psicológica y sociológica, la Academia Americana de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés) publicó un nuevo informe sobre la paternidad y las cosas que los médicos pueden hacer para ayudar a que los padres alcancen su máximo potencial como tales.

Por lo pronto, no son simplemente un reemplazo de las madres. Su presencia en la vida de sus hijos es beneficiosa en sí misma. En ese sentido, un estudio publicado en la revista "Development and Psychopathology" en 2012 observó a distintos pares de hermanas que habían experimentado diferentes niveles de participación de sus padres.

Los investigadores hallaron que las posibilidades de embarazos adolescentes y otras experiencias sexuales tempranas eran menores entre las hijas que pasaban más tiempo con sus papás.

En tanto, una revisión de múltiples estudios halló que los niños que crecieron con sus padres eran menos propensos a tener problemas psicológicos y de comportamiento. También tendían a ser más independientes e inteligentes, y expresaban una mejor conciencia social.

"El papel de los padres, y de la paternidad, está en proceso de cambio", señala Raymond Levy, psicólogo clínico y director ejecutivo del Proyecto Paternidad del Massachusetts General Hospital, en Boston. Los roles tradicionales se están fusionando; las madres pasan cada vez más tiempo en sus trabajos y los padres más horas en casa, indica.

AMPLIA VISION

El nuevo reporte de la Academia Americana de Pediatría, titulado "El rol paterno en el cuidado y desarrollo de sus hijos: el rol de los pediatras" toma una visión amplia de la paternidad y define como padres no solamente a los hombres que engendran hijos, sino a los adultos varones que se dedican al cuidado de un niño. Esto puede incluir a un papá biológico o adoptivo, un padrastro o un abuelo.

Los autores del trabajo consideraron las necesidades especiales de grupos específicos de padres, entre ellos aquellos que están en relaciones del mismo sexo y quienes han pasado tiempo en la cárcel.

"Hemos enfocado con amplitud a nuestros muy diversos grupos de padres", afirma el autor principal del informe, el doctor Michael Yogman, un pediatra que estudia las relaciones padre-hijo en la Escuela de Medicina de Harvard, miembro del Comité de Aspectos Psicosociales de la Salud del Niño y la Familia de la AAP. 

"El impacto de los padres sobre la salud de los niños es realmente sorprendente e incluye desde cómo les va en la escuela, hasta cómo se llevan con sus amigos o si se meten en problemas tales como las adicciones o la delincuencia", expresa este profesional quien destaca: "Nos hemos dado cuenta de que es realmente importante alentar a los padres a involucrarse". 

Con ese objetivo, los pediatras de la AAP aconsejan a los padres tener en cuenta estas premisas:

* Ser un modelo a imitar: los niños admiran a sus padres y tienen la tendencia a imitar sus comportamientos. Por ello, los pediatras buscan que los padres sean conscientes de que las acciones que realizan -así sea encender un cigarrillo o ajustarse el cinturón de seguridad- influenciarán a sus hijos cuando estos crezcan y aprendan a tomar decisiones propias.

"Los padres deben involucrarse con sus hijos desde el comienzo, jugando con ellos o simplemente hablándoles. Eso les demuestra que sus padres son compañeros y maestros", subrayan.

"La vieja expectativa de que los hombres eran madres inadecuadas y que debían hacer todo como las madres, era totalmente injusta", indica Yogman, quien anima a los padres a crear su propia relación con sus hijos y a descubrir qué funciona mejor para ellos.

* Hablar con los niños: nunca es demasiado temprano para empezar. Tomarse el tiempo para hablar con los pequeños ha demostrado que afecta positivamente las habilidades lingüísticas del niño durante su infancia. Los investigadores han documentado que las madres pasan en general más tiempo que los padres hablando con sus hijos, pero aunque pronuncien menos palabras, en realidad son los papás quienes mejoran las habilidades de lenguaje de sus pequeños.

Un informe de 2006 publicado en el "Journal of Applied Developmental Psychology" halló que el vocabulario del padre tenía un mayor impacto en el dominio de la lengua del niño un año más tarde.
El libro de 2014 titulado "Do Fathers Matter?" (¿Los padres importan?) describe investigaciones que hallaron que las madres tienden a usar palabras que ya son conocidas para sus retoños, mientras que los padres emplean nuevos vocablos, y por ende nuevos desafíos.

* Vacunarse: aunque pueda sonar obvio, estar al día con las vacunas puede proteger tanto a los padres como a los niños de unos cuantos riesgos para la salud. Una de las enfermedades más preocupantes es la tos convulsa, que puede contagiarse a los niños a través de sus padres. Un estudio descubrió que los padres habían sido la causa del 15% de los casos de tos convulsa en lactantes, quienes no pueden recibir la primera dosis de la vacuna hasta los dos meses de edad.

Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos recomiendan que todos aquellos que estén cerca de un recién nacido se vacunen contra esta enfermedad.

* Manejar la depresión: la depresión postparto puede ocurrirle tanto a las madres como a los padres. Y para aquellos padres cuyas parejas sufren de esta condición, el riesgo es aún mayor.

La depresión puede afectar mucho después de que el niño dejó los pañales. Un estudio publicado en "Archives of Pediatric and Adolescent Medicine" descubrió que más del 20% de los padres habían sufrido una depresión para el momento en que su hijo cumplía los 12 años de edad. La lucha por lograr el equilibrio entre la vida laboral y personal fue uno de los mayores factores de estrés para ellos.

Cuando uno de los dos padres está deprimido, el estado mental del niño puede deteriorarse. La buena noticia es que un padre feliz puede contrarrestar los efectos negativos de una madre con depresión.

* Jugar con los hijos: la forma en que los padres juegan con sus hijos es beneficiosa para su crecimiento. El juego físico alborotado, que también enseña límites, animará a los pequeños a explorar, sentir curiosidad por el mundo y, finalmente, a ser más independientes.

"Al observar a los niños en una plaza, cuando los pequeños suben hasta lo más alto de las barras, las madres se muerden las uñas, preocupadas ante la posibilidad de que se caigan", ejemplifica Yogman, "pero los padres están allí gritando: "Eso es, ¡tú puedes hacerlo, tú puedes hacerlo!".

A nivel desarrollo, la necesidad de exploración e independencia se complementa con la necesidad de seguridad y protección, añade. Madres y padres pueden elegir con qué papel se sienten más cómodos.

Los investigadores también hallaron que los niveles de oxitocina de los padres -a veces apodada "la hormona del amor"- cambia al jugar con sus hijos.

TIEMPO DE CAMBIOS

Asimismo, los pediatras reconocen que el contexto social actual ha cambiado el modo en que los padres se relacionan con la atención de sus hijos. "En la actualidad los padres están más involucrados que nunca con sus hijos y quieren saber de la boca del pediatra cómo se están desarrollando", opina el doctor Craig Garfield, coautor del informe de la AAP.

"Hoy por hoy los papás quieren que se los incluya y se les dé la bienvenida en el consultorio pediátrico. En especial, por el hecho de que hay cada vez más mujeres que trabajan, más hombres se están dedicando al cuidado de los hijos y quieren saber qué es lo mejor para ellos a partir de la consulta al pediatra", finaliza el especialista.