Las víctimas de la guerrilla, optimistas por el nuevo tiempo político

Expectativa por una revisión de los 70

En la presentación del libro El otro demonio (Dunken) en el Círculo Militar, Jorge Martínez, uno de los autores, explicó que la idea al encarar el proyecto era "conocer quiénes habían sido esas víctimas, qué habían hecho de sus vidas, por qué habían quedado en la mira de sus asesinos".

Sobrevivientes y familiares de víctimas de la guerrilla de izquierda en el país mostraron un cauto optimismo ante la posibilidad de que sea revisada la forma en que se ha escrito la historia de la década del "70 en nuestro país. Así lo manifestaron el lunes pasado durante la presentación del libro El otro demonio (Dunken) en el Círculo Militar.

"Algunas mentiras no se van a poder revertir, pero soy optimista. Creo que se van a destapar muchas cosas", opinó el teniente coronel retirado Rodolfo Richter, herido en el primer combate en el monte tucumano contra el ERP en febrero de 1975, cuya historia está reflejada en el libro escrito por los periodistas Jorge Martínez y Agustín de Beitia.

En esto coincidió Silvia Ibarzábal, hija del teniente coronel Jorge Ibarzábal, secuestrado y asesinado por el ERP en 1974, tras diez meses de cautiverio. "Yo también soy optimista pero creo que vamos a tardar mucho tiempo en encontrar un reconocimiento", matizó, al recordar que la izquierda, con su militancia, ha hecho un trabajo constante desde la época de Raúl Alfonsín para contar esta versión de la historia.

María Victoria Paz, hija del ingeniero José María Paz, quien era presidente del ingenio azucarero Concepción y fue asesinado por Montoneros en agosto de 1974, dijo que es "optimista por naturaleza", aunque resaltó que para que haya una revisión "tiene que haber gente que quiera escuchar".

Y, en su opinión, hay indicios que la empujan a ser "pesimista", como la reciente apertura de una causa por el Operativo Independencia en Tucumán, "donde todos los que vivimos aquella época sabemos lo que pasó".

El otro demonio recrea las vidas de diez víctimas olvidadas de los grupos guerrilleros de izquierda que actuaron en nuestro país en los años setenta.

Jorge Martínez explicó que la idea al encarar el proyecto era "conocer quiénes habían sido esas víctimas, qué habían hecho de sus vidas, por qué habían quedado en la mira de sus asesinos, por qué ya nadie las recordaba y qué se podía hacer a partir de ahora para empezar a recordarlas".

De Beitia resaltó que un motivo de satisfacción para los autores es haber superado el "silencio opresivo" que cubre esta parte de la historia.