Un procedimiento con un equipo de láser ha demostrado obtener excelentes resultados

Una de cada tres mujeres padece incontinencia urinaria

Las manifestaciones pueden ser desde muy leves hasta mayores. Aparece como consecuencia de un parto, por cambios hormonales, sobrepeso o genética. Afecta el doble a las mujeres que a los hombres.

La incontinencia urinaria es un mal que aqueja a una gran cantidad de argentinas: se estima que una de cada tres mujeres lo padecerá en algún momento de su vida. Adicionalmente, es una afección fuertemente subdiagnosticada, ya que desde que aparece el primer síntoma hasta que la paciente recibe atención médica, transcurren en promedio 6,5 años.

“Denominada incontinencia urinaria (IU) por esfuerzo, es un problema que se presenta en una relación de 2 mujeres por cada varón, y sus manifestaciones pueden ser desde muy leves y poco frecuentes hasta muy habituales y en cantidades significativas. Llamativamente, la mayoría de las mujeres que conviven con esta condición registran una importante demora hasta llegar a la consulta médica”, remarcó la doctora María Alejandra Macías, especialista en ginecología y obstetricia, médica de planta del Instituto de Investigaciones Médicas Alfredo Lanari de la Universidad de Buenos Aires.

Según un estudio realizado en Ourense, España, sólo 2 de cada 10 mujeres (17%) que padecen esta afección concurren al médico. Las razones de esta demora pueden ser la vergüenza de confesar el problema o la falta de conocimiento sobre los tratamientos disponibles.

La incontinencia urinaria es una patología ligada a la falta de control de los músculos de la vejiga y del piso de la pelvis. Se caracteriza por la pérdida de orina al estornudar, toser, reírse, sonarse la nariz, caminar o realizar cualquier movimiento que requiera esfuerzo. Puede presentarse debido a factores genéticos como la raza, diferencias anatómicas, composición del tejido conectivo, anormalidades neurológicas e hipermotilidad uretral, o como consecuencia de factores externos como, entre otros, embarazos y partos, la edad, los cambios hormonales -como los que genera la menopausia-, variaciones abruptas en el peso corporal y por el efecto de algunas medicaciones.

“Todas estas circunstancias contribuyen a producir un estiramiento del tejido vaginal, dañar el suelo de la pelvis y alterar el colágeno y la mucosa de la pared vaginal, cambios anatómicos que a menudo provocan que ante el menor esfuerzo, se produzcan situaciones de incontinencia urinaria que afectan enormemente la calidad de vida de quienes las padecen”, describió la doctora Laura Alfie, dermatóloga, Directora Médica de la Clínica de Dermatología y Estética Clider.

En cuanto a su tratamiento, según el estado de la IU, hasta el momento las alternativas disponibles consistían en la realización de ejercicios especiales para fortalecer el piso pélvico y la utilización de dispositivos de estimulación eléctrica y magnética. Sin embargo, los resultados siempre fueron muy parciales y revertían ante la interrupción de la terapia.

En opinión de la doctora Alfie, quien también es miembro de la Sociedad Argentina de Láser y Tecnología Médica (SALTEM), “hoy se dispone de una opción altamente efectiva, el láser CO2 fraccionado -denominado FemiLift- que trabaja sobre la contracción de las paredes de la vagina, revitalizándolas y logrando así evitar el escurrimiento de orina de la vejiga. Se indica para los casos de incontinencia de grado medio y es una técnica mínimamente invasiva que no requiere anestesia, reposo, ni cirugía, y que no causa dolor. La sensación durante el tratamiento es muy similar a la de una ecografía ginecológica”.

Consiste en un dispositivo cilíndrico de alta tecnología que al introducirse en la vagina activa el láser emanando calor y revitalizando los tejidos. El procedimiento tiene una duración total de 15 minutos y se requieren 3 sesiones espaciadas por un mes cada una. La paciente inmediatamente retoma sus actividades habituales.

“En nuestro Centro vemos a diario los excelentes resultados que se pueden alcanzar con este equipamiento de última generación. El láser de CO2 fraccionado está especialmente diseñado para trabajar sobre las paredes de la vagina y entregar calor. Ese calor, que no daña la piel de la zona, promueve la formación de colágeno y el colágeno tensa la vagina, mejorando su laxitud. También la uretra, que ha perdido el ángulo por la flacidez, lo vuelve a recuperar y en el 83 por ciento de los casos, desaparece esa incontinencia urinaria por esfuerzo. Es seguro y efectivo. Está aprobado por nuestra autoridad sanitaria, la ANMAT, y por la FDA de los Estados Unidos, y se utiliza con éxito en muchos países”, consignó la Dra. Alfie.

Según la psicóloga Liliana Mizrahi, “la incontinencia urinaria es una afección que no sólo genera un inconveniente de practicidad, sino que influye en la autoestima de la mujer”.

La especialista explicó que muchas mujeres no hablan, ni con sus mejores amigas, de las cosas que pasan en su cuerpo. “Creen ilusoriamente que son las únicas a las que les sucede, tienen pudor, culpa, prejuicios, una falsa reserva o discreción sobre sí mismas que les impide mejorar su calidad de vida”.

Como conclusión, la doctora Alfie refirió que “a partir de esta nueva herramienta que es el láser de CO2 fraccionado FemiLift, confiamos en que muchas mujeres se acercarán a la consulta y podrán constatar que lo que a ellas les pasa tiene solución y que es posible mejorar significativamente su calidad de vida”.