La Corte resolvió que el gobierno porteño puede controlar los casinos de la Ciudad

Lo hizo al revocar una medida cautelar solicitada por la empresa dueña de los buques de juego "Princess" y "Estrella de la Fortuna", para que su control esté a cargo del gobierno nacional. La Sala III de la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal había dictado una medida cautelar a favor de la empresa.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación resolvió hoy que el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires podrá controlar el funcionamiento de los casinos que operan en su distrito.

Lo hizo al revocar una medida cautelar solicitada por la empresa dueña de los buques de juego "Princess" y "Estrella de la Fortuna", para que su control esté a cargo del gobierno nacional.

La causa se inició a raíz del reclamo de la Unión Transitoria de Empresas conformada por Casino Buenos Aires S.A. y Compañía de Inversiones en Entretenimientos S.A., para que el poder de policía sobre la compañía estuviera a cargo de la autoridad federal y no de la ciudad de Buenos Aires.

La Sala III de la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal había dictado una medida cautelar a favor de la empresa y dispuso que el gobierno porteño sólo podía controlar la seguridad edilicia del lugar sin inferir en las actividades del casino.

Pero la Corte advirtió hoy que ese fallo "limita el poder de policía local más allá de lo establecido en un convenio interjurisdiccional".

También señaló que el convenio celebrado entre Lotería Nacional y el Instituto de Juegos de Apuestas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires establece la competencia al gobierno porteño para cumplir con las normas locales.

"Las conjeturas de la actora (la empresa) respecto de que, en el futuro, el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires podría concretar actuaciones que se aparten de los términos del referido convenio, no aparecen como suficientes para tener por configurado el peligro en la demora que justificaría el dictado de la medida cautelar solicitada", sostuvieron los jueces Elena Highton de Nolasco, Carlos Fayt y Juan Carlos Maqueda.