El patito "feo" llamado melanoma

Es el menos frecuente entre los cánceres de piel pero el más maligno. Estar atentos a los cambios en los lunares y la aparición abrupta de manchas en el cuerpo son claves para aumentar las chances de sobrevivir a él.

Buscar el "patito feo" de los lunares, el que es diferente. Esa simple consigna puede salvar la vida de quien padece melanoma, el menos frecuente entre los distintos tipos de cáncer de piel pero el más mortal.

La importancia del autoexamen de la piel -una vez por mes- cobra aún mayor importancia si se tiene en cuenta que en el país todavía existe una falta de capacitación para la detección de esta enfermedad, no sólo entre los médicos de atención primaria sino también entre los propios dermatólogos -hoy más abocados a los temas estéticos-. Además, muchos de los pacientes llegan a la consulta cuando el melanoma ya se encuentra en estadios avanzados, lo cual limita de manera drástica sus opciones de tratamiento.

Se estima que cada año se producen alrededor de 1.500 nuevos casos por año en la Argentina, pero -debido a la falta de notificación sistemática de esta enfermedad- se cree que la cifra podría ser mayor. Por eso se creó en 2003 el Registro Argentino de Melanoma Cutáneo, una iniciativa de la Sociedad Argentina de Dermatología y la Fundación del Cáncer de Piel.

"El melanoma es uno de los tumores que más han incrementado su incidencia en las últimas décadas debido a los cambios de hábitos con respecto a la exposición solar y otros factores, como el adelgazamiento de la capa de ozono", alertó la doctora Gabriela Cinat, médica oncóloga, jefa de la Unidad de Oncología de Melanoma y Sarcoma del Instituto de Oncología Angel H. Roffo (UBA).

Otro dato que causa preocupación es que si bien suele diagnosticarse -en promedio- en torno a los 61 años, en la actualidad el melanoma es el cáncer más común en la población de 25 a 29 años. "El 20% de los casos de melanoma se da en gente joven", se lamentó Cinat durante una jornada de capacitación en Oncología para periodistas organizada por Novartis.

Según subrayó la experta, se sabe que en las mujeres el melanoma aparece con más frecuencia en los miembros inferiores (piernas y pies) -algo asociado con el uso de polleras y shorts-, mientras que en los hombres la localización más habitual es el tronco, en especial, la espalda. "Es muy común que los hombres, después de no haberse expuesto al sol en todo el año, se vayan de vacaciones y permanezcan varias horas al aire libre -muchas veces sin protección- con su torso al descubierto", argumentó.

MAYOR RIESGO

En cuanto a los factores que aumentan el riesgo de padecer melanoma, Cinat afirmó que éstos son: los antecedentes familiares de melanoma, la exposición a los rayos ultravioletas (UV) y tener piel clara o muchos lunares.

"El tipo de piel o "fototipo" está ligado al riesgo de padecer melanoma. Si bien puede aparecer en pacientes con cualquier coloración de piel, es mucho más frecuente en pacientes con fototipos I y II, es decir pieles claras, sensibles al sol, especialmente en individuos que además tienen ojos claros o cabello rojo o rubio", detalló la especialista, para luego remarcar: "El número elevado de lunares también es un factor predisponente".

Otro factor que aumenta el peligro de sufrir melanoma es el hecho de haberse quemado la piel de forma excesiva al sol, con ampollas, en algún momento de la vida -en particular a temprana edad- o haberse sometido a sesiones de "cama solar".

"Asociar belleza y salud con el bronceado de la piel puede ser peligroso y ha favorecido que mucha gente -inclusive adolescentes, menores de edad- se hayan sometido a rayos ultravioletas sin conocer el riesgo que corren", enfatizó la oncóloga del Instituto Roffo, quien confió que ella misma evita desde hace años "tomar" sol.

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Dado que la gran mayoría de los melanomas primarios son visibles en la piel, "hay buenas chances de detectar la enfermedad en sus etapas iniciales, a punto tal que suelo decir que el melanoma escribe su mensaje en la piel", añadió la profesional.

En ese sentido, insistió en que es fundamental familiarizarse con el patrón de lunares, manchas, pecas y otras marcas en nuestra piel para así estar al tanto de cualquier cambio en el futuro.

"Habitualmente, la primera señal es un cambio en el tamaño, forma o color de un lunar existente o la aparición de un lunar nuevo. También la picazón o el sangrado de un lunar o peca pueden estar asociados a esta enfermedad", describió.

Respecto de las alternativas de tratamiento disponibles en la actualidad, Cinat indicó que el pilar terapéutico del melanoma -siempre que se esté a tiempo- es la cirugía con la cual se extirpa el tumor. En segunda instancia se utilizan los nuevos inmunomoduladores, mientras que la quimioterapia es una opción cada vez menos usada.

"Es muy importante el diagnóstico precoz, ya que tanto el pronóstico como el tratamiento de esta enfermedad serán más favorables cuanto antes sea diagnosticada", advirtió.

En cuanto al tratamiento del melanoma en estadios avanzados, la oncóloga explicó: "En aquellos casos en los cuales la enfermedad ha comprometido otros sitios más allá de la región donde se originó y sean inoperables, contamos en la actualidad con nuevas terapias que han demostrado influir favorablemente en el curso de la enfermedad".

"Estos medicamentos se clasifican en dos grupos: aquellos que estimulan al sistema inmunológico (inmunoterapia) y los nuevos blancos moleculares", agregó.

Asimismo, comentó que la genética del tumor explica por qué éste se comporta de una manera u otra y en ese sentido los análisis genéticos permiten tomar mejores decisiones a la hora de determinar cuál es el tratamiento más adecuado para cada paciente.

En esa misma línea expresó que alrededor del 50% de los melanomas metastásicos presentan una alteración genética (mutación) en un gen llamado BRAF, en un punto específico del gen conocido como V600. "Este gen mutado conduce a la producción de una proteína que estimula el crecimiento descontrolado de las células del melanoma", precisó Cinat, al tiempo que informó que "en la actualidad existen medicamentos capaces de bloquear esta mutación".

CONSEJOS BASICOS

Entre las principales medidas para prevenir el melanoma o lograr su detección temprana, la experta enumeró:

* Además del chequeo anual con un dermatólogo, realizar un examen mensual del estado de nuestra piel, buscando anormalidades o cambios.

* Evitar la exposición al sol entre las 10 y las 16.

* Utilizar un protector solar adecuado (FPS 30 o superior).

* Usar sombreros y anteojos con protección para rayos UV, así como también cubrirse la piel con ropa para evitar el daño.

* Evitar el uso de camas solares.