Asistió todo el gabinete a la celebración por el 25 de Mayo

La jefa de Estado llegó a la Basílica, remodelada durante la gestión de su marido y antecesor Néstor Kirchner y en la propia, a las 11.45, y fue recibida por el gobernador bonaerense Daniel Scioli ni bien bajó de la combi.

La presidenta Cristina Fernández participó este mediodía, por última vez como jefa de Estado, del tradicional tedeum por el 25 de Mayo, que se realizó en la Basílica de Luján, en compañía de todo su gabinete y con la presencia de militantes en las inmediaciones de la iglesia.

A la salida del acto, intercambiaron un saludo de ocasión el gobernador y precandidato presidencial, Daniel Scioli, y su competidor interno, el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, quienes mantuvieron un entredicho la semana anterior después de que este último dijera, en un encuentro con intelectuales kirchneristas, que el proyecto se quedaba "manco".

La jefa de Estado llegó a la Basílica, remodelada durante la gestión de su marido y antecesor Néstor Kirchner y en la propia, a las 11.45, y fue recibida por el propio Scioli ni bien bajó de la combi. 

Ya en el interior, le dio la bienvenida el arzobispo de la Arquidiócesis de Mercedes-Luján, Agustín Radrizzani, tras lo cual firmó el libro de visitas.

La jefa de Estado, con motivo del 205 aniversario de la Revolución de Mayo, estuvo vestida con un tapado celeste y una bufanda blanca, los colores patrios, y sin la compañía de sus hijos Máximo y Florencia Kirchner.

La mandataria, durante el oficio religioso, escuchó a Radrizzani quien, en sintonía con el papa Francisco, apeló a instar a la unidad y llamar a los argentinos a "cuidarse" entre sí y evitar los odios y las peleas.
"Cuídense entre ustedes. No se hagan daño. Que no haya odio, que no haya peleas. Dejen de lado la envidia, no le saquen el cuero a nadie, dialoguen", sostuvo el arzobispo.

En las primeras filas de la Basílica se acomodó el gabinete nacional, con el jefe de ministros, Aníbal Fernández; Randazzo; Alicia Kirchner (Desarrollo Social); Julio de Vido (Planificación Federal); Agustín Rossi (Defensa); Axel Kicillof (Economía); Débora Giorgi (Industria); Cecilia Rodríguez (Seguridad); Teresa Parodi (Cultura); y Héctor Timerman (Relaciones Exteriores).

Además, estaban el secretario de Seguridad, Sergio Berni; el titular de la Anses, Diego Bossio; el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini; de la Presidencia, Eduardo "Wado" De Pedro; los diputados oficialistas Julián Domínguez (titular de diputados y precandidato a gobernador de Buenos Aires), Juan Cabandié y Carlos Kunkel.

Entre los jefes distritales estuvieron Sergio Urribarri (gobernador de Entre Ríos) y el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza (precandidato a gobernador bonaerense).

Además, estuvieron presentes el ex juez español Baltazar Garzón, y los actores Gerardo Romano y Ana María Picchio, con una notable gorra visera.

Concluido el tedeum, la Presidenta salió a la plaza principal de Luján, para saludar a los manifestantes, y sacarse numerosas "selfies", ante las muestras de efusividad de los asistentes.

Allí caminó junto a Scioli, en primera fila y adelante de su esposa, Karina Rabolini, seguidos a unos pocos metros por Randazzo.

En un momento, el gobernador le estiró su mano izquierda para saludarlo al ministro, quien devolvió el saludo sonriendo.

Al igual que en la mayoría de los años de gobiernos kirchneristas, la Presidenta optó por no concurrir a la tradicional celebración que se realiza en la Catedral Metropolitana.

En esta ocasión, justificó su decisión al recordar que la primera licitación de obra pública lanzada por el gobierno de su marido, en 2003, fue la de la restauración del templo ubicado en Luján.