Diego Lagomarsino indicó que Stiusso le había dicho al fiscal que tuviera "cuidado con su custodia" y precaución por "sus hijas"

Habló el colaborador que cedió a Nisman la pistola Bersa calibre 22

El experto informático relató que el sábado pasado recibió un llamado del fiscal, quien la había pedido que le prestara su arma “por cuestiones de seguridad”. Se supone, fue el último que lo vio con vida.

El experto informático Diego Lagomarsino, quien le facilitó al fiscal Alberto Nisman el arma de la que salió el disparo que provocó su muerte el domingo pasado, contó que el funcionario judicial le transmitió que “no tenía otra alternativa, que presentar la denuncia” contra la presidenta Cristina Fernández de Kichner por encubrimiento del atentado contra la AMIA.

Según consigna hoy una nota publicada por un matutino, Lagomarsino también reveló que el desplazado agente de Inteligencia Antonio "Jaime" Stiusso le comentó al funcionario judicial que tuviera “cuidado con su custodia”.

El colaborador de Nisman hizo llegar esta versión al diario a través de una jueza, cuyo nombre no trascendió, y que “es amiga desde hace años de la familia del técnico informático”.

De acuerdo a lo publicado, Lagomarsino relató que el sábado pasado recibió un llamado de Nisman, quien la había pedido que le prestara su pistola Bersa calibre 22 “por cuestiones de seguridad”.

El diario narra que el fiscal confió al analista informático que “no tenía otra alternativa”, en relación a la denuncia que iba a presentar.

Ese encuentro entre ambos se desarrolló el pasado 13 de enero, un día antes de que Nisman elevara el escrito ante el Juzgado que encabezaba María Romilda Servini de Cubría.

El colaborador del fiscal reveló, además, que Stiusso recomendó a Nisman que tuviera precaución con la seguridad de sus hijas”.

En la mencionada nota periodística se consigna también que el ex agente tenía “una estrecha relación laboral” con el fiscal especial de la causa AMIA.

Por último, en la nota se enumeran una serie de datos con respecto a Lagomarsino, que lo convierten “en un personaje extraño pero esencial en la historia de la muerte del fiscal Nisman”.

“Lagomarsino es la última persona que vio con vida a Nisman; le facilitó la pistola de la que salió el disparo que terminó con la vida del fiscal; poseía un altísimo contrato (cobraba 40 mil pesos por mes); iba pocas veces a la Fiscalía; y se veía con el funcionario judicial en el departamento de Puerto Madero”, detalla el matutino.

Y también se establece que, según le había confiado el propio Lagomarsino a la magistrada, que “su función era desbloquear y copiar los archivos que le pedía Nisman”.