Confirman que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en todo el mundo
Expertos regionales e internacionales participaron de un foro médico en la ciudad de Panamá. Analizaron las formas de prevenirlas si se toma acción contra los factores de riesgo.
Alrededor de 200 reconocidos expertos regionales e internacionales en las áreas de investigación, diagnóstico, tratamiento y prevención de las enfermedades cardiovasculares participaron en la ciudad de Panamá de la Reunión sobre Enfermedades Cardiovasculares en América Latina 2014, en la que se analizaron los conceptos críticos en el manejo del riesgo cardiovascular basados en las nuevas guías emitidas por la Asociación Americana del Corazón y el Colegio Americano de Cardiología para disminuir el riesgo de sufrir un evento cardiovascular.
Se confirmó que las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud calcula que cerca de 23,3 millones de personas morirán en 2030 a causa de las mismas.
Se dio a conocer que la carga económica y social de estas enfermedades en los sistemas de salud de América Latina es enorme, aunque no debería ser así. La mayoría de las ECV pueden prevenirse si se toma acción contra los factores de riesgo, incluyendo el consumo de tabaco, la obesidad, la diabetes y la hipertensión arterial.
El doctor mexicano Xavier Escudero es director de Cardiología Intervencionista de Cardica del Instituto Cardiovascular de Cuernavaca y cardiólogo clínico e intervencionista de la Fundación Médica Sur.
Vía telefónica desde el foro de Panamá, contó cuáles fueron los objetivos que movilizaron a los reconocidos expertos de la cardiología a juntarse en ese país caribeño.
“Dentro de los programas de educación médica continua, la idea conlleva a reunir a grupos de especialistas para manejar los temas de mayor importancia y actualidad en el área cardiovascular. Hay dos puntos trascendentes a manejar. El primero es la prevención de riesgo del paciente con enfermedad cardiovascular; el segundo pretende informar sobre los nuevos caminos que hay en el manejo de una muy frecuente e importante arritmia que es la fibrilación auricular y las nuevas estrategias que se tienen de manejo”, explicó y enseguida agregó: “Esto es a instancias del manejo de información muy reciente en los dos campos: el primero de ellos es la aparición de nuevas guías clínicas para orientar la prevención del manejo de pacientes con colesterol alto. Es un cambio conceptual o de paradigma como habitualmente hemos orientado siempre la prevención de los pacientes con enfermedad cardiovascular. Y lo segundo, en relación a esta importante arritmia, en un sentido u otro, podemos platicar a fondo sobre estos dos ejes con estos médicos reunidos aquí y a través de la tecnología con la transmisión de una webcam transmition, ya que hay una gran cantidad de médicos atentos también fuera de Panamá”.
-¿Cuáles son las principales recomendaciones de estas nuevas guías emitidas por la Asociación Americana del Corazón y por el Colegio Americano de Cardiología?
-Desde hace muchos años las sociedades médicas y de cardiología fueron los que empezaron con esa forma de orientar a la comunidad médica. Se reúne a un grupo de expertos para tener un documento al cual le han llamado "guías", lo que quiere decir que es un tratado que encamina o dirige, no pretende ser una norma o regla que en medicina sería imposible hacer de esa forma. Pero sí reunir a expertos que den recomendaciones y que éstas sean basadas en medicina basada en la evidencia., con información médica científica, estudiada, sólida y seriamente con datos claros derivados de investigaciones serias. Lo que se han llamado los grandes estudios clínicos paliatorios donde se trata de quitar todo ese sesgo en cuanto a lo que el paciente o médico piensan de si sirve o funciona para tratar de prevenir una enfermedad y no lo que realmente ha funcionado. El tema es que reúnen toda esa información científica a través de los años, la ordenan y, en base a eso, tratan de hacer una serie de recomendaciones.
-Específicamente, ¿cuáles serían los cambios centrales?
-Estas guías cambian un poco las cosas porque nosotros estábamos acostumbrados a una forma muy simplista y mecanista, en decir “Lo que tenemos que tratar es el colesterol, realmente no al paciente”. Si el colesterol tiene una determinada cifra, o si está alto o bajo el colesterol. La realidad es que se comenzó a ver a través de los estudios que los pacientes con alto riesgo, independientemente de los niveles de colesterol se veían beneficiados con las estrategias para bajarlo. Y es muy importante mencionar que donde cambia todo esto es con el advenimiento de un grupo de medicamentos particularmente eficaces para bajar el colesterol en forma eficaz y efectiva que al mismo tiempo que bajan el colesterol provocan efectos adicionales, antiinflamatorios y de mejoría de función vascular. Este grupo de medicamentos se llaman las estatitis, de tal manera que además de bajar el colesterol se comenzó a ver en los estudios. Por ejemplo: un individuo de 50 años tiene un infarto y tiene las cifras de colesterol normal. Si yo le doy un tratamiento para bajar aún más el colesterol, sus cifras de colesterol -cualquiera sean éstas- le llevarán a obstruir sus arterias de tal manera que, independientemente de esos niveles, este individuo es particularmente susceptible para esto. Y si le bajo aún más las cifras de colesterol y efectivamente se demuestra que a ese paciente le va mejor, se infarta menos, tiene menos obstrucciones vasculares, cerebrales o en algún otro territorio y vive más, de tal manera que entonces cambia la visión, la forma de cómo debemos ver las cosas y debemos orientar el tratamiento, entonces no basados en los niveles de colesterol, sino en el riesgo del individuo.
-¿Hay un tratamiento especial para los pacientes de alto riesgo?
-En el documento o guías dice que hay que tratar automáticamente a los pacientes de alto riesgo y los dividen en cuatro grupos:
1 - El individuo que ya tuvo alguna evidencia de enfermedad vascular por obstrucción de arterias, esto es por arteriosclerosis (arterio = grasa; esclerosis = endurecimiento), o sea que es el endurecimiento de las arterias derivado por el colesterol. Quien ya tuvo una enfermedad derivada de esto, como un infarto cerebral u obstrucción arterial o de cualquier otro territorio, debe recibir un tratamiento para bajar el colesterol con estatinas, independientemente de sus niveles de colesterol.
2 - Es el grupo con diabetes. Más allá de ser una enfermedad donde los individuos son medicados por tener cifras altas de glucosa en sangre. Esto no es más que la punta del iceberg de una seria de cambios metabólicos que daña las arterias en una forma bastante importante. Los individuos con diabetes deben ser tratados con medicamentos para bajarles el colesterol. Esto deriva de estudios similares a los planteados con el infarto, se toman pacientes con diabetes independientemente de las cifras de colesterol y se siguen clínicamente por un tiempo y se ve que tienen una mejor evolución.
3 - Pacientes que tienen el colesterol muy alto, es una obviedad. Ellos fijan una cifra particularmente alta, de colesterol LDL -conocido popularmente como colesterol malo-, proteínas de baja densidad. ¿Qué quiere decir esto? Que el colesterol en la sangre se transporta por gotitas de proteínas que lo envuelven para ser transportado, y que al ser analizadas tiene densidad baja y justamente estas gotitas de baja densidad son las que tienden a dañar, adherirse y obstruir paulatinamente las arterias. Este es nuestro objetivo más importante de evolución. En cuanto al colesterol, existe otro tipo de proteínas que produce el hígado, que tiene densidad alta al ser analizadas. Por lo tanto HDL y lo que hacen estas proteínas es ir limpiando el resto de colesterol de los tejidos para ir regresándolo al hígado. Es bueno tener este colesterol HDL alto aunque aquí tenemos menos claros los objetivos y estrategias para controlarlo.
4 - Son los pacientes que se calculan su riesgo, que no han tenido ningún problema de circulación, que no son diabéticos, que no tienen problemas de colesterol pero tienen otros factores asociados: edad avanzada, presión alta o fuman, de tal manera que su valoración de riesgo cardiovascular y las probabilidades que ese individuo tenga un infarto en el transcurso de los próximos diez años es alta. Estos son los 4 grupos donde se deben tratar de hacer entender al paciente que este medicamento le va a crear beneficios aunque no tenga alto el colesterol.
-¿Cuál es la mayor preocupación?
-Esencialmente esto parece simple pero cambia nuestro abordaje hacia los pacientes. La idea es que logremos disminuir los riesgos de enfermedades cardiovasculares en la Argentina, México, en Latinoamérica y en la mayoría de los países del mundo, porque son la principal causa de muerte desde hace muchos años. En la mayoría de los países de Europa occidental, las curvas de enfermedades cardiovasculares van en descenso gracias a muchas medidas y ya a partir del año pasado el cáncer se transformó casi en la primera causa de muerte en alguno de estos países. Nosotros en Latinoamérica todavía no hemos logrado este descenso y estas curvas siguen claramente en ascenso en la mayoría de nuestros países, incluyendo la Argentina.
-¿Cómo calculan ustedes que unas 23 millones de personas morirán en 2030 a causa de enfermedades cardiovasculares?
-Es una proyección matemática derivada de los datos estadísticos demográficos, para los cuales nos ayudan quienes manejan las estadísticas. Este tipo de cálculos nos ayudan a ver la magnitud del problema, es lo que tenemos que resaltar a través de la educación médica. Que los medios de difusión den un espacio dedicado a la salud y se la comuniquen de manera clara a la población para hacerlos conscientes del problema, es muy importante. Es increíble que de los pacientes que caen en estos cuatro grupos de riesgo, un número muy importante -sobre todo los pacientes de alto riesgo o muchos de los pacientes diabéticos- no sabe de su condición y el 50% de estos pacientes no está recibiendo ningún tratamiento. Y de los que reciben un tratamiento, lo están haciendo de forma inadecuada, insuficiente.
-Cuando habla de hipertensión o diabetes, ¿cuáles son los mayores factores de riesgo?
-Los principales factores de riesgo son la edad y el género masculino, lo cual no son modificables. Aunque la primera causa de muerte en las mujeres adultas en Latinoamérica y el mundo también son las enfermedades cardiovasculares; esto es muy importante mencionarlo. Pero a las mujeres se las protege de alguna manera en la edad fértil para no tener enfermedades cardiovasculares.
-¿Cómo pueden prevenirse?
-Por medio del control. Aunque cuando los factores de riesgo no son modificables, es poco lo que podemos hacer ahí. Pero cuando los factores de riesgo son modificables, por ejemplo en el colesterol o con presión arterial, hay que controlarla. Si tenemos diabetes, hay que mantener un adecuado control y dejar de fumar. Esos son los factores mayores. Tenemos otros factores asociados, como la obesidad, que se trata con un medicamento que se liga mucho con la hipertensión y con la diabetes fundamentalmente. También está el stress, la inactividad y las circunstancias de este mundo que nos llevan a tener más frecuentemente este tipo de enfermedades del desarrollo que son las enfermedades crónicas degenerativas.
-Con respecto a estas políticas de salud, ¿qué pueden hacer los gobiernos para mejorar o disminuir la enfermedad cardiovascular?
-Es muy importante. Primero deben acercarse a las sociedades médicas para hacer estrategias de educación. Comenzar con la educación de la infancia en cuanto a una vida sana, la dieta, la actividad física y el control de peso. Informar a la población en general con respecto a una detección temprana de factores de riesgo y su control. Facilitar la educación médica continua, porque la mayoría de las sociedades médicas elaboran documentos como el que ahora estamos discutiendo y guías clínicas.
-¿Estas guías tienen alguna recomendación sobre el tratamiento farmacológico de la enfermedad cardiovascular?
-Claro que sí, concretamente se centran al uso de estatinas, como la punta de lanza para bajar el colesterol. Las estatinas son unas sustancias que bloquean la síntesis, la producción de colesterol en el organismo y disminuyen sus niveles en una forma muy segura, incluso a largo plazo. Y también se trabaja tanto en la prevención primaria, que son los individuos que no han tenido ningún evento clínico, y en la prevención secundaria, que son los que ya lo padecieron y con más razón tienen que ser tratados.