El cambio climático llegó para quedarse

Especialistas afirman que los eventos meteorológicos extremos serán más frecuentes. En diciembre y enero, la Ciudad de Buenos Aires sufrió olas de calor y tormentas severas.

“Claramente habrá un aumento de temperatura, de lluvias en la zona de la Pampa húmeda y va ha ocurrir más fenómenos extremos como olas de calor'', explicó a La Prensa la doctora en meteorología Matilde Rusticucci, directora del Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos de la Facultad de Ciencias Exactas, al ser consultada sobre cómo sería el clima que tocaría vivir a los habitantes porteños.

Una opinión similar sostuvo Daniel Barrera sobre el futuro climático y la indiscutible incidencia del hombre en los fenómenos extremos que han afectado en los últimos días a los porteños. "La variabilidad climática natural, que en algunos aspectos es cíclica (como las estaciones) y en otros es cuasi-cíclica ha sido alterada desde que el hombre ha comenzado a liberar cantidades de energía del mismo orden de magnitud que la de los procesos naturales, y esto ha ocurrido a partir del siglo veinte'', remarcó a La Prensa el doctor en meteorología y ex asesor científico en la Secretar¡a de Desarrollo Sustentable y Política Ambiental de la Nación.

La concentración de dióxido de carbono en la atmósfera, producto de la actividad humana, viene alterando desde hace varias décadas el clima del planeta, proceso conocido como "cambio climático". Y son la quema de combustibles fósiles y la destrucción de la vegetación natural, entre otros, las principales causas de tal acumulación de gases. En la Argentina, la emisión de dióxido de carbono per cápita (o huella de carbono) es de 5,71 toneladas al año, muy por debajo de los registros de un norteamericano (20 toneladas) o un inglés (11.81 toneladas). Aún así, el efecto colateral del incremento de temperaturas igual afecta a nuestro país.

Como consecuencia del calentamiento global, se incrementan las temperaturas medias sin que disminuyan las mínimas. Esto hace que aumente la densidad de la atmósfera, al retener el calor. Y así, la atmósfera adquiere una energía adicional que da mayor intensidad a los fenómenos climáticos.

PRONOSTICO

Así, en muy poco tiempo, las lluvias torrenciales, las sequías, las olas de calor, los tornados y tormentas eléctricas han sido algunos de los fenómenos naturales que más han afectado a los argentinos.

"Estamos en una época de tormentas y en la segunda zona mundial donde más caen rayos. Es algo normal que llueva, haya rayos y haga calor. Lo que sucede es que tenemos que mirar dos aspectos: los fenómenos climáticos naturales que han aumentado en frecuencia por el cambio climático. Pero, por otro lado, el resultado del desastre es más visible cuando hay más población expuesta a estos fenómenos'', enfatizó Rusticucci.

Como ejemplo la especialista destacó que "acá mismo en la Ciudad de Buenos Aires en las hileras de árboles se nota que algunos no tienen la misma copa que los de al lado. Eso probablemente fue un rayo que cayó y lo destruyó. Muchos no se dan cuenta de que cayó un rayo porque no lo ven pero es algo normal''.

Y si la caída de rayos forma parte del panorama del verano, el mar es uno de los principales puntos atrayentes para que la electricidad se descargue. "Lo que sucedió en Villa Gesell con el rayo que mató a varias personas que estaban en la playa es un claro ejemplo de donde no hay que estar cuando hay tormentas eléctricas con nubes que crecen en forma de torre. Esto es porque los rayos buscan el agua y las zonas aledañas'', subrayó Barrera.

Luego agregó que "por eso hay que evacuar las playas. Por ejemplo en Miami al venir una tormenta eléctrica los guardavidas las evacuan inmediatamente. El que se queda después tendrá problemas con la justicia por una multa. Pero acá, como tienen la carpa puesta se quedan sin ser conscientes de lo que les puede pasar. Lo que necesitamos es un cambio de idiosincrasia y tener una cultura ante los fenómenos naturales''.

Y si ya las marcas baten récords en la Argentina por las altas temperaturas alcanzadas durante este verano, no se puede dejar de pensar cómo será el invierno ante la grave situación climática que vivieron países como los Estados Unidos.

Según los especialistas la ola de frío del hemisferio norte no necesariamente tiene que corresponderse con una ola de calor en el sur. Tan sólo son manifestaciones de la mayor energía en las ondas planetarias.

Pero la pregunta persiste sobre: ¿cómo será nuestro invierno?. "Lo que se podría esperar es una mayor variabilidad de las temperaturas y de las precipitaciones y otras variables climáticas alrededor de sus valores medios. Podemos tener una ola de frío en el invierno que sea más fuerte o más persistente por debajo de un determinado valor y también olas de calor como el veranito de San Juan. En el hemisferio sur, por lo general, las amplitudes térmicas son menores a las del norte porque está compuesto por más masa oceánica y esta es atemperadora. Por eso es que las zonas costeras no tienen tanta variación como las zonas lejos del mar'', resaltó Barrera.

Los tornados también han sido noticia reciente. Según los especialistas un fenómeno de estas características puede preverse sólo 20 minutos antes de su formación. Y es clave saber aprovechar ese tiempo para alertar y prevenir a los habitantes.

Sin embargo, la Argentina no está preparada para una más alta ocurrencia de tornados debido a que le falta mejorar los métodos de detección y hacer más rápidos los alertas meteorológicos.

CAMBIOS

La solución a los cambios bruscos y feroces del clima consta básicamente de cuatro elementos: conservación de bosques; eficiencia en el transporte; energías limpias y mecanismos para capturar el carbono. Pero su concreción es quizás el punto más difícil para comenzar a transformar la situación ambiental.

Hoy, para lograr un menú de objetos a los que estamos acostumbrado "hay que hacer un despilfarro enorme de energía, mantener una cadena de frío desde el lugar de producción hasta la góndola, y transportar la mercancía. No los veo a los gobiernos terminando con este despropósito de gasto energético. Para frenar el calentamiento global hay que dejar de quemar combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) cuyo resultado es emisión de Dióxido de Carbono a la atmósfera, y no hay fuentes de energía alternativas capaces de reemplazar totalmente a estos combustibles para sostener el despilfarro energético actual. Habría que disminuir el consumo, pero nunca escuché a un político decir esto; desde todo el espectro ideológico se promete 'crecer', esto es, aumentar el consumo'', subrayó Barrera, quien dirige un proyecto de terrazas verdes, un alternativa para mitigar el caudal de las inundaciones en las ciudades y contrarrestar los efectos negativos de los gases de efecto invernadero.

Así, estos espacios con vegetación funcionan como aislante acústico, las plantas favorecen el retorno de la naturaleza en las ciudades y zonas industriales, por lo que ofrecen una biodiversidad elevada, y en el caso de precipitaciones estos techos se comportan como esponjas que retienen el agua, evitando inundaciones.

Y es que pese a que el cambio climático haya llegado para quedarse, no significa que no se pueda mitigar sus efectos en la vida de los argentinos. Sólo es cuestión de comenzar a concretar políticas en un futuro cercano.