La temporada que termina tuvo un panorama heterogéneo en el que sobresalieron las figuras más conocidas

El teatro supo demostrar su calidad

En el ámbito oficial brillaron "El especulador" y "Jettatore!", en las salas comerciales, "La última sesión de Freud" y "Lluvia constante", con Joaquín Furriel y Rodrigo de la Serna, y en el "off", "Escandinavia" y "Sabor a miel".

La actividad teatral porteña de 2012 volvió a ofrecer una amplísima oferta, en la que cantidad y calidad implicaron un muestrario diverso sin nombres o tendencias excluyentes. 

La escena no fue eclipsada por ningún espectáculo en particular, pero el público acompañó su enorme variedad, mientras repitieron los ya habituales conflictos en el área de los teatros oficiales.
Hubo un teatro comercial de interesante actividad, con textos y figuras convocantes y numerosas iniciativas en el off.
Es cierto que no todas las propuestas fueron siempre satisfactorias, pero el afán de la juventud de canalizar sus energías a través del arte, demuestra que además de cantidad, hay una constante búsqueda de una mayor calidad estética.
Otra constante de la temporada fueron los conflictos en el Complejo Teatral de la Ciudad de Buenos Aires (CTBA), que bajo la administración del gobierno porteño cosechó no pocas denuncias de la Asociación Argentina de Actores por demoras e incumplimiento de pagos, lo que puso en peligro la existencia y la continuidad de los estrenos, varios en coproducción.

SALAS OFICIALES
Eso no impidió que en las salas del CTBA se aplaudieran obras como "Sallinger", de Bernard-Marie Kolts, dirigida por Paul Desveaux; "El especulador", de Honoré de Balzac (con Daniel Fanego, Elena Tasisto y Malena Figó), a cargo de Francisco Javier y la impresionante "Enrique V segunda parte", de William Shakespeare, dirigida por Rubén Szuchmacher.
Con distintos resultados el complejo montó "Macbeth", dirigida por Javier Daulte, con acertadas actuaciones de Mónica Antonópulos, Luciano Cáceres y Alberto Ajaka; "Se fue con su padre", de Luis Cano, con dirección de Lorena Ballestrero; "Recordando con ira", por Mónica Viñao y "Las criadas", de Jean Genet, con Marilú Marini, dirigida por Ciro Zorzoli, quien también repuso su muy exitosa "Estado de ira", en el medio privado.
El teatro Nacional Cervantes tuvo una excelente temporada con "Jettatore!", de Gregorio de Laferrre, dirigida por Agustín Alezzo, en su debut en esa casa y "Yerma", de Federico García Lorca, a cargo de Daniel Suárez Marzal. Otros de sus aciertos fueron piezas como "El partener"; la angustiante "Globos flotando contra el techo de un shopping", de Alberto Rojas Apel; "Sol de noche", de Cristina Escofet, con dirección de Francisco Javier y "Argentinien", de Pedro Gundesen, con dirección de Luis Romero.

COMERCIAL Y "OFF"
El sector comercial comenzó el año con dos Noel Coward, "Mix", dirigida por Santiago Doria y "Vidas privadas", dirigida por José María Muscari, quién logró una "aggiornada" y curiosa versión que nada tuvo que ver con el original.
Muscari logró mayor suerte con "Tres mitades", escrita y dirigida por él y con reales virtudes, que la publicidad equívoca casi desbarata al hacer hincapié en una relación malsana, entre Moria Casán y su hija Sofía Gala.
Otros directores históricos del "under" porteño, como Alejandro Tantanian, Javier Daulte y Claudio Tolcachir, reconfirmaron su paso a la liga mayor del teatro comercial, con "Cenizas", con un Patricio Contreras gigantesco, "Mineros" y "Buena gente".
Daniel Veronese brilló con "La última sesión de Freud", de Mark St. Germain, con buenas actuaciones de Jorge Suárez y Luis Machín. También se vieron otros nobles productos como la trilogía "Todos felices", de Alan Ayckbourn, muy bien dirigida por Oscar Martínez, la que obligó al público a asistir tres noches distintas para verla "completa".
El segmento comercial también se engolosinó con las reposiciones de obras taquilleras como "Toc Toc"; "Filosofía de vida"; "Lluvia constante" -con los excelentes Joaquín Furriel y Rodrigo de la Serna-; "Rain Man" y "Más respeto que soy tu madre", con un Antonio Gasalla al tope de su carrera.
"Teatro x la Identidad" tuvo una nueva edición y en las salas off, se vieron "Hundan el Belgrano", de Steven Berkoff, dirigida por Claudia Marocchi, con una actuación consagratoria de Monina Bonelli.
La lista de novedades en el espectro "off" se extendió a "Escandinavia", de Lautaro Vilo, con el sensible Rubén Szuchmacher y dirección de ambos y "Ulf", de Juan Carlos Gené, comandada por Néstor Romero. Otros trabajos para destacar son "Vuelve", sensible apuesta de las hermanas Paula y María Marull. Mientras que la lista de aciertos se completa con "Sabor a miel", de Shelagh Delaney, con dirección de Lizardo Laphitz y la polémica "Shopping and fucking", de Mark Ravenhill, dirigida por Mariano Stolkiner.
En el teatro no comercial hay dos personajes jóvenes que sobresalieron, Manuel Santos Iñurrieta y Mariano Dossena, ellos, cada uno en lo suyo, ponen en escena un teatro claro, humanista y carente de hermetismos. Del primero se vio "La gracia de tener", de su autoría y siempre bajo la advocación de Bertolt Brecht, y Dossena repuso la premiada "Espectros", de Henrik Ibsen, "Petrona, una delicia teatral", de su autoría y "El otro Judas", de Abelardo Castillo.
Termina así un año teatral rico que no desentonaría en ninguna gran capital del mundo.