RESTAURARON "LAS LUNETAS". LAS MUESTRAS DE ENIO IOMMI, SILVINA BENGURIA Y MARINA CURCI

Recuperación y replanteos

Tiempo de rescate. Tras la acertada decisión presidencial de recuperar el mural "Ejercicio plástico" de Siqueiros, que hoy tiene un espacio especial en el Casa Rosada, las cuatro "lunetas" amputadas en los años 90 del conjunto de murales realizado por Juan Carlos Castagnino, Lino Enea Spilimbergo, Demetrio Urruchúa y Manuel Colmeiro para las Galerías Pacífico, para ser luego olvidadas, se pueden ver ahora en el Museo del Libro y la Lengua, tras una casi milagrosa restauración. 

Las pinturas, dedicadas a las cuatro estaciones del año "Otoño", por Castagnino, "Primavera" por Spilimbergo, "Invierno", por Urruchúa y "Verano" por Colmeiro, pertenecieron al patrimonio arquitectónico del antiguo edificio del Bon Marché de Viamonte y San Martín, de donde se las retiró cuando se planificó el shopping en las Galerías Pacífico, que hasta entonces habían funcionado como tales y eran propiedad de Ferrocarriles Argetinos. 
 
El Instituto de Investigaciones sobre el Patrimonio Cultural (IIPC) de la Universidad de San Martín (UnSaM) es responsable de la restauración de las obras, algunas muy deterioradas, realizadas por los maestros que integraron el legendario TAM (Taller de Arte Mural). 
 
En la presentación pública de las pinturas, el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, dijo en el auditorio del museo que "esta restauración es una crítica al modo en que se movieron los tejidos de la ciudad -y explicó-, lo que hicieron para replantear las Galerías Pacífico fue excluir las "lunetas", que desde el centro del edificio coronaban las sendas internas que llevan a las calles Viamonte, San Martín, Florida y Córdoba".
 
Por su parte, la directora del Museo del Libro y la Lengua, María Pía López, dijo "es muy importante que estos murales estén en un edificio de la Biblioteca Nacional, porque es una institución destinada especialmente a preservar el patrimonio cultural de la Nación". 
 
En tanto, Carlos Ruta, rector de la UnSaM, expresó que "esta fue una tarea ideal para la universidad, porque hay un vínculo entre las manos, el corazón y la cabeza; reconstruir ese vínculo es fundamental para la vida universitaria y para conformar la cultura". 
 
Además, el decano del IIPC, Néstor Barrio, explicó que "en los últimos cuatro años la universidad ha investigado y restaurado estos ejemplos del muralismo argentino. La decisión de rescatar es de fundamental importancia. Hay que imaginar qué hubiera pasado si esto seguía su curso de olvido, ya no quedaría nada". 
 
"Las lunetas" pueden verse en el Museo del Libro y de la Lengua de la Biblioteca Nacional, Las Heras 2555. 
 
IOMMI ES UNICO
 
Más de una vez pensamos -y también lo escribimos- que Enio Iommi es un escultor único, y además irrepetible. Ha sido uno de los primeros en adherir al "arte pobre", de raíces claramente italianas que fueron diversificándose hasta hoy, y que comprenden hasta los grafitis más recientes, aunque sus autores desconozcan aquel origen ya algo lejano.
 
Iommi (1926), muchos años atrás echó mano a trozos de mármol descartados en -por ejemplo, en fábricas de mesadas de cocina-, ha manipulado el aluminio como si fuera papel de chocolatines y el hierro más áspero para dara forma a una abstracción humanizada, hasta descubrir su tendencia más surreal con elementos desechados por la sociedad de consumo que son su materia constructiva de hoy.
 
Gran artista de lo pobre -y de la crítica a una sociedad voraz-, la producción de Iommi se caracteriza por la expresividad formal y el simbolismo antropologista. Aprovechando las particularidades del material, en muchos casos reconocibles fragmentos de máquinas, de muñecos, de piezas de baterías de cocina, textiles modestos. Con este repertorio argumental Iommi hace pensar (en serio).
 
Cuando se considera la situación del arte contemporáneo y se asume el hecho de que, carece (aparentemente) de límites, hay que poner en valor la opción de algunos artistas por empeñarse en jugar todavía dentro de ciertos límites estéticos y salir -como Iommi- con bien de esa tarea autoimpuesta.
 
En la Fundación Klemm, Marcelo T. de Alvear 626, hasta fin de mes, de lunes a viernes, de 11 a 20.
 
BENGURIA "EXPLICITA"
 
La muestra que Silvina Benguria ha llamado "Explícita" se vio el año pasado en Roma y ahora una selección de obras de esa serie ha llegado a Buenos Aires. En ellas la pintora sigue fiel a su imaginería -una de las más claramente identificables de nuestro medio-, con la presencia humana como tema excluyente.
 
Son figuras mayormente femeninas, desnudas, en casos acompañadas por hombres de edad tan indefinida como las de ellas, que conforman escenas reminiscentes. Sin esfuerzo se las podría ubicar en un decorado como el de la decadente República de Weimar como referencia, lo mismo que en el París de antes de la Segunda Guerra Mundial. Son cuadros disparadores de múltiples historias, con esas mujeres que entregan al aire sus cuerpos rollizos como en una oferta que implica por igual al sexo y a la denuncia de un sometimiento femenino que hoy parece legendario, al menos en Occidente.
 
Las figuras de Benguria son fieles a la caricatura, un género expositivo que comenzó a gestarse en el siglo XV, y el primero en desarrollarlo habría sido Leonardo, al utilizar como modelos a personas con deformidades llamativas.
 
Con el correr del tiempo la caricatura se encadenó estrechamente con la crítica política, y en variantes de urticancia controlada fue adoptada por muchos artista, como Otto Dix, por ejemplo, con quien más afinidades tienen los personajes de Benguria, quizás por la reminiscencia temporal mencionada.
 
Hace años Silvina Benguria no pudo entender las objeciones que un crítico le hizo a su dibujo y a nosotros por entonces nos pasó lo mismo. Porque, precisamente, es una dibujante cabal, lo enseña con esta muestra en la que la imaginería señala que por más que transcurra el tiempo, el hombre -genéricamente hablando- siempre es el mismo y lo que cambia es el exterior que cada época le impone a la manera de una moda, que comprende el cuerpo.
 
En Rubbers, avenida Alvear 1595, hasta el 29, de lunes a viernes de 11 a 20, Sábados de 11 a 13.30.
 
CURCI: CON "ABISMOS" 
 
Marina Curci (1969) presenta la serie "Abismos", de pinturas situadas figuradamente en el fondo del mar, a donde casi no llega la luz, desde el que imagina una flora que nunca vio. Trabaja con pasteles sobre papel a los que agrega pigmentos iridiscentes que se activan con la luz y disparan reflejos que hacen que las obras cambien constantemente. 
 
Bajo la movediza superficie del mar la artista posó la imaginación de su mirada para crear todo un jardín de acuática belleza.
 
"Qué espectáculo! ¿Cómo explicarlo? ¿Cómo describir el aspecto de esos bosques y de esas rocas en medio de ese paisaje líquido, su parte inferior sombría y feroz, su parte alta teñida de tonos rojizos, en aquella claridad que duplicaba el poder reflectante de las aguas?", este fragmento de "20.000 leguas de viaje submarino", de Julio Verne, ha sido incluido oportunamente en el catálogo. 
 
En la galería RO, Paraná 1158, de lunes a viernes de 14 a 20.