Crítica: ‘Amor por siempre’, un melodrama sobre una chica con una enfermedad termina

Ser optimista a pesar de todo

Drama atemperado por una dirección que intenta no caer en el melodrama, no puede sin embargo escapar a esa tendencia, difícil de salvar con temas como éste.

Amor por siempre’ (A little bit of heaven). Estados Unidos, 2011. Dirección: Nicole Kassell. Guión: Gren Wells. Fotografía: Russell Carpenter. Música: Heitor Pereira. Actores: Kate Hudson, Gael García Bernal, Lucy Punch, Peter Dinklage, Kathy Bates y Whoopi Goldberg. Presenta: DCA. Duración: 106 minutos. Calificación: Para mayores de 13 años.

Joven y bonita, exitosa y decidida Marley Corbett se ha sabido ganar el lugar que la destaca en la importante agencia de publicidad en que trabaja.

Aunque todavía no tiene una pareja estable, la conquista amorosa no es un problema para ella, porque sabe
atraer a los hombres. Aunque no parece haber hallado a la persona adecuada.

CIERTAS TENDENCIAS

Dominar conocimientos, manejar situaciones, buscar los mejores momentos para presentar innovaciones
en el trabajo o compartir con amigas son tareas que no tienen secreto para ella. Hasta que un análisis médico le dice que la vida es limitada, que nada es para siempre y un cáncer avanzado, que sólo hace unos días se manifiesta, puede dar por tierra una vida plena.

Un médico joven, Julián Goldstein le da la noticia. Marley Corbett, con su clásico dominio de situaciones, lo toma con sorpresa, pero con cierta filosofía. Ella parece manejar también lo poco predecible y no tanto lo que vendrá
después, ese médico austero y poco comunicativo que parece no serle indiferente.

Hay tendencias temáticas que a veces son breves, o se retroalimentan en la industria hollywoodense. Ahora parece haber una que plantea una enfermedad generalmente terminal en gente joven y la resolución pasa por el humor y a veces la canción. Es el caso de la reciente ‘50/50’ con Joseph Gordon-Levitt o ‘La decisión más difícil’ dirigida por Nick Cassavetes y la de este filme de Nicole Kassell.

La película está bien contada, mantiene esa línea ‘optimista a pesar de todo’. Está matizada por alguna broma pesada (la aparición del joven enano de ‘Muerte en un funeral’) y añade condimentos como la presencia materna, esa madre con la que uno nunca se llevó demasiado bien, pero con la que siempre se cuenta, ahora interpretada
por la gran Anjelica Houston, a la que parece que Holywood olvidó.

Gael García Bernal está correcto en su papel y Kate Hudson -hija de Goldie Hawn-, es una atractiva Marley Corbett.

Drama atemperado por una dirección que intenta no caer en el melodrama, no puede sin embargo escapar a esa tendencia, difícil de salvar con temas como éste.

Calificación: Buena