La memoria perdida de un hacker
Carlos Gamerro y Alejandro Tantanian hablan sobre Las Islas y su traslado al escenario. Escrita en 1992 y publicada seis años después, la novela es presentada en su formato teatral. Es la historia de un poderoso empresario que contrata a un ex combatiente para averiguar lo que ocurrió con su hijo desaparecido. Puede verse en el teatro Presidente Alvear.
Cuando en 1998, Carlos Gamerro publicó "Las Islas", la mirada sobre lo ocurrido durante la guerra de Malvinas giró ciento ochenta grados. Uno de sus aspectos más originales es que el escritor observa la contienda bélica desde un costado distinto, actual y representativo, que traza un original puente entre la Argentina de aquella época y la actual.
"Las islas" en su formato teatral, que también está escrita por Carlos Gamerro, se estrenó el pasado jueves en el teatro Presidente Alvear, de Corrientes al 1600 y La Prensa dialogó con los dos principales responsables de esta original obra de teatro: su autor Carlos Gamerro y el director Alejandro Tantanian.
"El argentino ama las Malvinas. El que no ama las Malvinas, no es argentino". Con estas palabras recibe al público, el personaje que hace de presentador de "Las Islas".
Luego de esas palabras, surgen algunas preguntas, que despiertan en el espectador un apasionado cuestionamiento sobre el archipiélago sur. Algunos de estos interrogantes que invitan a la reflexión en este espectáculo, surgido de un libro que ya lleva varias ediciones son: ¿pero por qué amar a las Islas? ¿Qué hay en ellas para hacerlas merecedoras de este apasionado o indeciso amor nuestro? ¿Son, al fin de cuentas, algo más que un ícono, un significante vacío, un fetiche?
LA DECADA DE 1990
La acción de la pieza y la novela tiene lugar en Buenos Aires, en junio de 1992. En una apretada síntesis, la historia cuenta lo ocurrido con "el empresario Fausto Tamerlán, el que convoca al hacker Felipe Félix a su recientemente inaugurada torre de oficinas de Puerto Madero. Tamerlán quiere averiguar qué ocurrió con su hijo Fausto. El muchacho, su heredero, en los años setenta se había hecho montonero, e incluso había colaborado en el secuestro de su propio padre. Años después, tal vez para redimirse de lo hecho, se alistó como voluntario para ir a Malvinas y nunca más se supo de él".
"En las Islas, se presume que desapareció sin dejar rastro. Diez años más tarde su padre comienza a recibir una serie de anónimos los que, a cambio de una gran suma de dinero, prometen darle noticias sobre el paradero de su hijo. Tamerlán quiere que Félix averigüe quién envía esos mensajes anónimos. Contrata al muchacho porque sabe que Félix estuvo con su hijo en Malvinas. El problema es que el joven lleva como trofeo una herida de guerra, un fragmento de un casco incrustado en su cráneo, que parece haber obturado todos sus recuerdos".
AUTOR Y DIRECTOR
En un bar cercano al teatro, Gamerro y Tantanian dan cuenta de cómo fue el proceso a llevar a cabo para trasladar "Las Islas" de formato libro al escenario.
-¿Cómo surgió la idea de que el protagonista Felipe Félix, fuera un ex combatiente, transformado en la actualidad, en un hacker con un metal incrustado en su cabeza?
Gamerro: Tenía ganas de escribir un policial negro. Pero la Argentina no tiene una herencia literaria que haga referencia a detectives. Los que existen son privados. Cualquier detective privado argentino o es un ex policía, o un ex agente de servicios de inteligencia. Por lo que esa cosa de una ética a lo Philip Marlowe o Raymond Chandler no funciona.
La novela la comencé a escribir en 1992, en la misma época en la que está ambientada y en ese momento comenzaba el auge de las computadoras, e internet estaba por aparecer. De ese contexto surgió el personaje de un hacker, que podía funcionar como si fuera un detective.
Por otro lado, muchas de las investigaciones se dan en el mundo virtual, más que en el real. De manera que un personaje con una especie de chip, de hardware de guerra trucha, incrustado en su cabeza, permitía conectar con el mundo de las máquinas. Por otro lado ese alguien que se conecta con las máquinas y no con la gente podía coincidir con un hombre que fue víctima de ese doble trauma físico y psíquico de la guerra.
A continuación, lo primero que menciona Alejandro Tantanian es que ésta es la obra más política que dirige. "Su tema es tan cercano históricamente que hace difícil poder plantearse una perspectiva crítica sobre los hechos. Es un material que espero cauce cierta sensación, porque plantea una forma de poder leer la última dictadura militar, la guerra de Malvinas y la historia política de la Argentina, incluidos sus fantasmas y los muertos que recorren nuestra historia, de una manera distinta. Su valor radica en que un tema así está tratado de una manera muy condensada, nada solemne, ni tampoco previsible".
DOS VERTIENTES
-¿Qué lo sedujo de "Las Islas" cuando la leyó?
-Tantanian: La cercanía que tiene con todos nosotros. Cuando uno escucha el nombre de Perón, o se menciona la llamada derecha sindical, Montoneros, Malvinas, se da cuenta que son palabras cargadas de sentido y la pieza permite observar en perspectiva el valor que adquiere cada una de esas instancias.
-Es curioso, porque cuando se habla del conflicto de Malvinas, la primera sensación que surge es la de encontrarse con una historia bélica, al estilo de la película de Tristán Bauer "Iluminados por el fuego", o un libro como "Los chicos de la guerra", de Daniel Kon.
Gamerro: En cine hubo otra película quizás más bizarra, como "Fuckland", que me parece más representativa sobre la guerra de Malvinas. En literatura hubo dos líneas distintas. Una que viene por el lado de los testimonios de soldados y en lo referido a ficción se ubican "Los pichiciegos" de Rodolfo Fogwill, que también propone una mirada delirante, no respetuosa sobre los hechos. A mí el tema del respeto en el tratamiento de un tema ficcional me parece una pésima fuente de inspiración. Por otro lado ¿qué hay que respetar? ¿a los militares que participaron de la dictadura?, eso sería algo obsceno. Sí me interesaba mostrar una actitud de comprensión, de empatía con los soldados; entrevisté a varios de ellos y estuvieron de acuerdo con lo que expresa la novela.
-¿Es un drama?
Tantanian: Diría que es como una montaña rusa, cercana a una tragedia shakespiriana. Hay escenas intensamente dramáticas y a continuación otras que son particularmente cómicas, cercanas al scketch televisivo. Esa alternancia entre lo alto y lo bajo, entre lo popular y lo culto, permite construir un discurso político. Por eso cuando leí la novela me pareció increíble que se pudiera abordar este tema de esa manera. Con una gran dosis de humor y una mirada sobre los hechos absolutamente singulares. "Las Islas" es como un "aleph" de la historia política argentina.
INFLUENCIAS
-¿En su estilo narrativo hay una herencia borgeana?
Gamerro: Siempre digo que mi método de trabajo es escribir todo lo que surge, luego voy tachando todas las citas a Borges que encuentro en eso que redacté. Su literatura es una influencia inevitable. Aunque lo cierto es que un escritor que tuve muy presente al escribir la novela y que me venía bien para este mundo que intentaba recrear, es William Burrought. También tuve muy presente una muy buena novela de un amigo. Se trata de "Guerrilleros (Una salida al mar para Bolivia)", de Rubén Mira. Otro escritor es Thomas Pynchon, con su "El arco iris de gravedad", en el que expone una trama muy delirante y refiere a la guerra en las ciudades.
-La Argentina tampoco tiene una tradición de literatura bélica.
Gamerro: Cuando surge la guerra de Malvinas no había literatura bélica y luego cuando aparecieron libros sobre el tema, la contienda bélica había terminado. Otro modelo en que me inspiré fue la película "Apocalypse Now" de Francis Ford Coppola, que plantea una situación bélica, desde una visión alucinógena. O "La piel" de Curzio Malaparte, que llevó al cine Liliana Cavani.