Anticipó que en marzo lanzará una campaña nacional para concientizar sobre los riesgos de la adicción a los juegos de azar.

La Iglesia manifestó su preocupación por el "avance indebido" de las salas de juego

El obispo Jorge Lozano, responsable de la Comisión Episcopal para Prevención de las Adicciones, adelantó que la iniciativa eclesiástica de información y prevención tiene como objetivo "ayudar a que no se caiga en la ludopatía, en otras cosas".

La Iglesia expresó hoy su "preocupación por el avance indebido" de salas de bingos y casinos en el país, y anticipó que en marzo lanzará una campaña nacional para concientizar sobre los riesgos de la adicción a los juegos de azar.

"Preocupa a la Iglesia que el juego pase a manos privadas y que se expanda indebidamente", aseveró el obispo Jorge Lozano, responsable de la Comisión Episcopal para Prevención de las Adicciones.

El prelado adelantó que la iniciativa eclesiástica de información y prevención, que el Episcopado argentino presentará oficialmente en marzo, tiene como objetivo "ayudar a que no se caiga en la ludopatía, en otras cosas".

Monseñor Lozano advirtió sobre diversos proyectos para ampliar salas de juego y hasta para radicarlas en barrios "populares", al asegurar que "el casino" ya no se identifica sólo como "un esparcimiento de vacaciones en algunos sitios y para determinados turistas".

"Hoy las salas de juego están al alcance de la mano en todo tipo de ciudades, no sólo en las vinculadas al turismo. Vemos con mucha preocupación que estos proyectos se expandan y que muchos caigan en una adicción al juego", subrayó.

El obispo indicó, además, que la ludopatía es una adicción que no sólo afecta al jugador sino también al entorno familiar.

"Muchos dedican al juego buena parte de su sueldo, el cual deberían volcar a una vida más digna, a la recreación y una alimentación de mejor calidad. Sin embargo lo gastan de modo tal que terminan engrosando bolsillos privados, que además nunca llega a la acción social", alertó.

El obispado de Gualeguaychú informó hoy que monseñor Lozano hizo estas observaciones tras reunirse con trabajadores de casinos, que le solicitaron una audiencia a raíz de un conflicto que involucra a las 27 salas de la provincia de Entre Ríos.

En diciembre pasado, la Conferencia Episcopal Argentina difundió la declaración "El juego se torna peligroso", en la cual denunció la "proliferación" de casinos y bingos, y vinculó esta actividad "con el lavado de dinero proveniente del tráfico de drogas, armas y personas".

En ese documento, el primero específico al tema, los obispos advirtieron también sobre las conductas adictivas que conlleva esta actividad y criticaron que se diga que lo recaudado por el juego se destina a financiar acciones sociales a favor de los más necesitados.

"Es importante hablar sin eufemismos. El juego de azar es un negocio que mueve gran cantidad de dinero para beneficio de unos pocos en detrimento de muchos, especialmente de los más pobres", advirtieron entonces. Aquella no fue la primera vez que la Iglesia se pronuncia sobre esta problemática, en reiteradas oportunidades el titular de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, obispo Jorge Casaretto, también señaló "los lazos del juego con el financiamiento de la política".

En 2008, las quejas de la Iglesia -sobre todo del cardenal Jorge Bergoglio- frenaron un convenio que el gobierno porteño pretendía firmar con la Lotería Nacional, a fin de recibir mayor recaudación de impuestos por los tragamonedas en el Hipódromo de Palermo y el Casino Flotante de Puerto Madero.

El episodio significó además el quiebre de la relación de Mauricio Macri con el gobierno nacional, a raíz de que el principal afectado por la falta de un acuerdo fue Cristóbal López, un empresario cercano al matrimonio Kirchner.