El Senado lo convirtió con 33 sufragios a favor, 27 en contra, 3 abstenciones y 9 ausencias
Argentina se convirtió en el primer país de Latinoamérica que legaliza el matrimonio homosexual
La primera votación se realizó a las 4 de la madrugada, después de que expresaron sus opiniones más de 50 senadores, sobre un total de 72 del cuerpo.
La Argentina se convirtió esta madrugada en el primer país latinoamericano en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, tras una prolongada sesión de 15 horas en el Senado que se definió con 33 sufragios a favor, 27 en contra, 3 abstenciones y 9 ausencias.
Las deliberaciones fueron cambiantes y hubo momentos de tensión, que incluyeron fuertes intercambios de acusaciones, chicanas y cuestiones de privilegio.
La compulsa final arrojó un resultado favorable a la iniciativa que promovía el gobierno nacional por 33 sufragios favorables, contra 27 en contra, 3 abstenciones y 9 legisladores ausentes, entre ellos los principales referentes del justicialismo federal.
La fuerza ganadora estuvo integrada por un conjunto transversal de 20 legisladores del Frente para la Victoria (FpV), dos de sus aliados, cinco radicales, incluidos el presidente del partido y jefe de la bancada, Ernesto Sanz y Gerardo Morales, respectivamente, y un conglomerado de seis parlamentarios de otros partidos.
La oposición vio menguada sus chances, después que se retiraron Carlos Reutemann, Adolfo Rodríguez Saá y Juan Carlos Romero, tras una votación inicial en la que el cuerpo rechazó el dictamen de mayoría que rechazaba el texto aprobado el 5 de junio por la Cámara de Diputados.
En el sector perdedor se encontraron además nueve miembros del bloque oficialista, once de la UCR y nueve de otras agrupaciones, sobre todo del peronismo disidente y expresiones afines.
La primera votación se realizó a las 4 de la madrugada, después de que expresaron sus opiniones más de 50 senadores, sobre un total de 72 del cuerpo, y le sirvió al oficialismo para revertir el resultado adverso que había cosechado la semana pasada en la Comisión de Legislación General, que encabeza la justicialista puntana Liliana Negre de Alonso.
El dictamen de la mayoría, que contaba con 9 firmas sobre un total de 15 legisladores, fue derrotado en el recinto por 32 votos contra 30, 3 abstenciones y 6 ausentes.
En las 15 horas de debate se produjeron numerosos momentos de tensión y sorpresa, en particular cuando tres oficialistas, que eran contados por el bloque como fuerza propia, anticiparon que votarían en contra del matrimonio y confesaban sus preferencias por la unión civil, y un cuarto que se abstendría de sufragar.
José Mayans (Formosa), Daniel Pérsico (San Luis) y Luis Viana (Misiones) anunciaron sus posiciones finales en los discursos que pronunciaron en el recinto, mientras Fabián Biancalani (Chaco) esperó que comenzara a hablar el último orador, el jefe de su bancada, Miguel Pichetto, pasadas las 3 de la madrugada, para interrumpir su exposición y advertir de su voluntad abstencionista.
Estos cambios de posiciones alimentaron nuevas expectativas, que habían nacido de la extrema paridad de fuerza que se manifestó desde que el texto llegó al Senado hace un mes y fueron alimentadas en la sesión por las abstenciones anunciadas por otras dos legisladores que publicaron sus intenciones de respaldar la unión civil y en contra del matrimonio gay.
La sesión se inició pocos después de las 15, tras un homenaje que la cámara rindió a la ex senadora neuquina Luz Sapag, que falleció el 7 de julio en un accidente automovilístico, con fuertes cuestionamientos de sectores opositores contra el presidente provisional del Senado, José Pampuro, que encabezaba la sesión en ausencia de Julio Cobos.
Pampuro había aceptado la impugnación de Miguel Pichetto contra un dictamen con 9 avales favorable a la unión civil, cuando en opinión de los acusadores no tenía facultades para realizar lo que calificaron de "maniobra oficialista".
El último incidente se produjo entre Miguel Pichetto y la presidenta de la comisión Liliana Negre, cuando el jefe del oficialismo calificó de "nazi y propio de naciones autoritarias" la inclusión de la objeción de conciencia de un funcionario que podría negarse a aceptar la unión civil de personas del mismo sexo.
Esto fue replicado por la senadora, que dijo que esa figura está vigente en países como Canadá, Francia y Gran Bretaña, situación que le hizo quebrar la voz y llorar.
Pichetto pronunció un duro discurso contra el proyecto de unión civil y acusó a sus promotores de no lograr una iniciativa que fuera del consenso de la cámara alta, porque en realidad habían elaborado esa alternativa, solo para impedir la aprobación del matrimonio.
El jefe de la bancada oficialista calificó duramente a los prelados de la Iglesia católica y en particular al cardenal primado Jorge Bergoglio y a otros obispos, al tiempo que reclamó que esa institución debía realizar una autocrítica por su actuación junto a los represores durante los gobiernos militares.
Los cinco radicales que acompañaron el proyecto oficial habían planeado proponer cambios en la redacción de seis artículos de los 43 que contenía el proyecto, a fin de emprolijar el texto, obligar a un retorno a la Cámara de Diputados y diferenciarse del sector K, pero finalmente no abstuvieron que presentar las observaciones.