`Desangradas en glamour' es una farsa sobre la prensa sensacionalista y la farándula

Seis actrices que encontraron un autor

Ficha técnica: `Desangradas en glamour'. Texto y dirección general: José María Muscari. Dramaturgia: Alejandro Quesada. Música original, montaje y dirección musical: Ary Lambert y Damián Tepman. Coreografía: Carlos Casella. Vestuario: Laura Valenzuela, Trosman/Churba, Kito Rojas, Claudio Cosano y Manuel Morales. Actores: Ana Acosta, Sandra Ballesteros, Marta Bianchi, Julieta Ortega, Florencia Peña, Carola Reyna, Leo Bosio, Julieta Dentone, Renata Lozupone, Bruno Luciani, Armenia Martínez, Paula Neri, Analía Núñez, Martín Otero, Juan Palacios, Mara Poczymok y Andrea Sancho. Picadilly (Corrientes 1524).

Mezcla de farsa y divertimento `Desangradas en glamour' es una propuesta teatral que se propone desmitificar la relación entre la prensa y las figuras del espectáculo. Con texto y dirección de José María Muscari, un joven creador proveniente del underground porteño, la obra es una especie de gran disparate escénico, en el que el público es partícipe de las peripecias que viven seis mujeres, en la noche de estreno de una obra. Durante poco más de una hora, la propuesta hace un amplio desmenuzamiento del mundo del espectáculo. La pieza comienza en la calle, con las actrices caracterizas llegando a bordo de una limusina blanca al teatro. Luego ingresan a la sala, igual que el público, y ya en el escenario las seis mujeres pasarán revista a sus desvaríos amorosos, sexuales y emocionales; se referirán a sus enfrentamientos y mentiras vertidas a la prensa; increparán a un cronista de la `farándula' y, supuestamente, terminarán asesinándolo. Ese hecho genera otra serie de enredos dramático-cómicos, en el que las chicas son llevadas presas y sospechadas o acusadas de asesinato. LA REALIDAD Y LA FICCION Es una pieza que mezcla la realidad y la ficción y adhiere a mostrar en tono sarcástico, el artificio que envuelve al llamado periodismo sensacionalista y su relación con las figuras públicas. Si bien la idea es brillante, no sucede lo mismo con su traslado a la escena, en el que los textos hacen agua por varios costados. Los personajes juegan a interpretar el arquetipo de determinadas heroínas y al mismo tiempo a ser ellas mismas y es ahí, cuando las fronteras de monólogos y diálogos se vuelven reiterativos y confusos. Desde ese aspecto `Desangradas...' no debe ser leída como una pieza teatral convencional, sino como un divertimento, en el que las seis protagonistas, aunque con marcados desniveles, debido al personaje que les tocó en suerte, realizan un `tour de force' dramático humorístico más que valioso. Cada una de ellas representa un arquetipo de intérprete diferente, así pueden observarse a la frívola, la intelectual, la dramática, la tonta, la sexual y la histérica, entre otros items fácilmente reconocibles. Con un formato escénico ya experimentado en otros de sus espectáculos (`Mujeres de carne podrida', `Pornografia emocional'), José María Muscari, más allá de las falencias del texto, supo extraer de cada una de sus elegidas un estilo de actuación, por momentos, de una expresividad contundente y desbocada, pero de fuerte impacto en el espectador. SUERTE DE ANTITEATRO ‘Desangradas en glamour' es una especie de `antiteatro', en el que ni la iluminación, ni la estética escénica y la distribución de los espacios pueden leerse dentro de los cánones convencionales. Es una pieza que en todo momento apela al efecto y al impacto sobre el espectador, desde ese ángulo a la dirección le hizo falta una mirada más rigurosa a la hora de montar la pieza. La obra consiguió su cometido la noche del estreno, en el que los periodistas y las figuras de la ficción y las reales se confundieron ante cámaras, micrófonos y flashes. Así pudo verse a actores y directores del undergroundo junto a otros del ámbito televisivo o teatro comercial. Al finalizar la pieza se la vió a Evangelina Salazar y a Palito Ortega Ñque subió a saludar al escenario- muy sonrientes y complacidos con su nuevo emprendimiento. Juan Carlos Fontana